jueves, 28 de marzo de 2013

DE LA SANTA TIERRA A LA TIERRA SANTA

(... CONTINUACIÓN)

WALTER A. VIDAL TARAZONA


lado izquierdo de la explanada  a la entrada del hotel, Jerusalén.

Algo así como un suburbio, pero con modernidad

Israel posee tecnología de punta en su agricultura


Belén


Cerca al medio día, nos encaminamos a Belén. Nuestro guía  recuerda que hace 2000 años, era un pequeño pueblo de pocas casas, cuando José y María acudieron a registrarse en cumplimiento de una ordenanza imperial (romana) de empadronamiento; al no conseguir posada se acomodaron en la gruta de un pesebre, donde nació Jesús, rodeado de animales. Antes de llegar a la entrada del muro “de Belen” (El año 2002, Israel “para protegerse de las incursiones de terroristas palestinos” construye  el muro en la frontera con Sisjordania), el guía se baja del carro, haciéndonos la indicación que al otro lado del muro nos va a servir de guía un joven palestino, mientras tanto él esperará allí, afuera (extramuro, nos dice). Pasamos el control con nuestros pasaportes sin problemas, felizmente. Visitamos de primera intención la imponente Basílica de la Natividad, donde está la Gruta del Nacimiento; sobre esta gruta, en el siglo IV, el emperador Constantino  construyó la primera iglesia, conservando –repetimos- intacta la gruta donde nació Jesús; y la actual, por Justiniano en el año 530; junto a la Basílica está la iglesia franciscana de Santa Catalina, sobre las ruinas de otra iglesia de la época de las cruzadas del siglo XII.












 Entramos también a la blanquecina Iglesia de la Gruta de la Leche, construida sobre una cueva donde apreciamos una roca enteramente blanca, que según la tradición, en ella cayó gotitas de leche del seno de la Virgen, cuando amamantaba a su hijo la noche que pernoctó allí, en la gruta, durante su huida a Egipto. 

Belén hoy es una ciudad relativamente grande, con sus calles bien empedradas y limpias, de subidas y bajadas, llenas de tiendas con artesanía del lugar, como los tallados de madera de olivo; ha dejado de ser “pastoral” como antaño pero sigue siendo todavía “tranquila”.  Belén también es el lugar donde nació David. Visitamos algunos lugares de la ciudad, acompañados por el joven guía palestino, pudiendo comer algo, pues la comida en estos lugares dista demasiado de las exquisiteces de la nuestra (hay que probar aquello para descubrir la excelencia de nuestra comida peruana, en especial de nuestro jaka pichu cotino).

Después de recorrer sus callecitas empedradas, retornamos hacia donde está el muro con la entrada parapetado de soldados de ambos lados. Nuevamente pasamos el control, y afuera, reencuentro con nuestro guía que no quiso  o no pudo entrar con nosotros por razones de nacionalidad. De retorno, visitamos dos iglesias juntas, una ortodoxa  griega y otra franciscana, conmemorando ambas, la anunciación a los pastores del nacimiento de Jesús. Según una tradición posterior, en el lugar estarían enterrados  tres pastores.  Se conserva una gruta, sobre la que se ha construido la Iglesia ortodoxa del Campo de los Pastores.

Ya al anochecer llegamos al hotel, cansados como de costumbre, justo estando por terminar la cena.


Jerusalén una vez más



Una vista de la parte moderna de Jerusalén, desde el  hotel ( 8vo. piso)

Desayuno. Nuestro experimentado guía nos indica que en la mañana visitaremos la explanada del Muro de los Lamentos, Vista de las Mezquitas del Domo de la Roca y el Aksa, luego, recorremos la Ciudad Santa (Jerusalén) y seguimos los pasos de Jesús en su pasión por la Vía Dolorosa, Lithostrotos, Calvario y Santo Sepulcro. En la tarde recorreremos la maqueta en el Museo de Israel, donde se distingue la réplica exacta en miniatura de Jerusalén en la época de Herodes, en el periodo del II Templo. Por último iremos a Ein Karen, para visitar la Iglesia de la Visitación.

El año 996 aC, Jerusalen fue proclamada Capital de Israel por el rey David. Salomón construyó lo que hoy se conoce como el Primer Templo que fue destruido por Nabucodonosor  el año 587 aC. Herodes reconstruyó el Segundo Templo 40 años aC.;  los romanos lo incendiaron el año 70 dC.  Pero todavía está de pie el muro occidental de la plataforma sobre la que fue erigida. Cada uno de nosotros nos sentimos la millonésima parte de la mancha de peregrinos que unos hacen cola, otros frente al muro se lamentan con llanto tendido, o leen la Biblia... en fin, otros observan absortos con sus máquinas fotográficas colgadas en el cuello o en la mano tostándose con el sol. Salimos de aquel laberinto humano como hormiguitas, para seguir marchando por Jerusalén, pero por la Vieja Jerusalén, y recorrer el camino de Jesús por sus 14 estaciones en la Vía Dolorosa, al Calvario. En cada estación hay una capilla o una señalización que indica el episodio doloroso por el que Cristo pasó. Las cinco últimas se encuentran dentro de la Basílica del Santo Sepulcro. Esta construcción corresponde a Constantino (este emperador romano y su madre Elena erigieron  iglesias en todos los lugares relacionados con Cristo). El lugar, en pocas palabras, hoy, es extraordinario.    

    Si me olvidare de ti, Jerusalén, pierda 
mi diestra su destreza.
Salmo 137: 5.


Nos despedimos de Jerusalén

Desayuno. A la hora convenida, nos trasladan al aeropuerto Ben Gurión para abordar el vuelo de Iberia, a las 6:10 a.m, hacia la ciudad de Roma, pero vía Madrid.


Hasta siempre Nazareth, Jerusalén, Belén... yarpargka cutimushashi









(CONTINUARÁ...)