este geranio de mis venas,
hoy que he quitado
este pan nuestro a otro hijo,
hoy que espero
la cristalina epifanía
de tu silencioso cuerpo,
madre, madre mía,
estás más ausente que nunca.
Hoy que vine a escuchar
tu “sé bueno y fuerte hijo mío”,
estás más callada que nunca.
Hoy que quería besar
el color de tus ojos preocupados,
están más vacíos que nunca.
Ese color de tus ojos
que naufragaban en un mar
de tibia luz, madre;
este geranio de mi sangre,
este pan robado
y esta pena en mis manos,
madre, madre mía
están más tristes que nunca.
Seguro que tú también
sientes pena a esta hora,
pero nada sabes
del ramo de mi sangre
ni sabes de esta mi pena
por el pan nuestro
robado cada día.
que naufragaban en un mar
de tibia luz, madre;
este geranio de mi sangre,
este pan robado
y esta pena en mis manos,
madre, madre mía
están más tristes que nunca.
Seguro que tú también
sientes pena a esta hora,
pero nada sabes
del ramo de mi sangre
ni sabes de esta mi pena
por el pan nuestro
robado cada día.
wavita
Bonito poema papa, estoy segura que mi abuelita esta descansando en paz y cuidando de sus hijos desde lejos. TQM chio
ResponderEliminar10 años han pasado y es como si hoy hubiese escrito, de pena y preocupación. Hay dos cosas que me dices en tu comentario y me han hecho muy feliz: que te pareció bonito el poema y que me dices que me quieres. Después de esta sacudida lo que el mundo más va a necesitar es amor.
EliminarEs muy bello el geranio de mis venas, porque en el tiempo, es geranio del geranio de las venas de los padres y de sus padres de estos.
ResponderEliminarFelicitaciones por la fluida inspiración en torno de la madre!