Promoción 1948
“La revolución contra el dominio español alentó, bajo sus consignas de libertad e independencia, la finalidad de dar un estímulo a las fuerzas productivas bajo un régimen de economía individualista... La idea que albergaron (San Martín y Bolívar) fue dividir las tierras (constreñidas por su sistema de vinculaciones que favorecía al Estado, al clero y a las comunidades indígenas), entregarlas a los campesinos y desarrollar en las zonas rurales, a base de la pequeña propiedad,
una clase próspera que estuviera en condiciones de recibir y absorber como mercado los productos de las industrias nacientes”.
La Independencia y la implantación de las Ideas Liberales
Dice el historiador Jean Piel:
“En los primeros años de la vida independiente del Perú, particularmente de 1821 a 1826 cuando el país estuvo dirigido directamente por los Libertadores o por su influencia, San Martín, Bolívar, el Congreso peruano organizan con retoques sucesivos la carta constitucional de la nueva Nación. Bajo la forma de decretos supremos y de constituciones, ellos definieron un programa social y agrario fuertemente inspirado en las ideas liberales que habían triunfado en el mundo con la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos de América. Estos decretos-programa y sus artículos constitucionales organizaron particularmente dos campos esenciales de la vida agraria: el régimen de la propiedad de la tierra, la libertad de mercado de la mano de obra -corolario de1 principio de la igualdad. de los ciudadanos ante la ley.”
El Presidente D. Dionicio de Vizcarra y el ejercicio del “libre cambio”
“Las primeras medidas económicas –dice Jean Piel- de los Libertadores del Perú consistieron en
promover la ampliación de los principios del libre comercio al comercio peruano. El cabotaje a lo largo de las costas entre Callao y Huanchaco, estuvo reservado a los peruanos. Así San Martín promovió la reunificación y una cierta protección del mercado nacional compatible con el desarrollo económico y el libre cambio con el exterior”.
El Presidente Vizcarra, con sus conocimientos económicos y su espíritu progresista, ante la indiferencia, la mala fe y el apego a la “rutina” de los huaylinos, se decidió a entrar al ejercicio del libre comercio, desempeñando el papel de Estadoempresario, para introducir y vender “trigo serrano” en Lima compitiendo con el trigo chileno. En tal sentido “yo divisé el remedio y los medios de ponerlo en ejecución. Creí que él remediaría este mal rompiendo caminos nuevos, allanando las dificultades y dando un valor no esperable a los frutos… Yo juzgué digno de un magistrado de la Patria ese proyecto; aunque no ignoraba las dificultades e inconvenientes que las preocupaciones inveteradas opondrían a su buen éxito…”
mulas, costales y otros a fin de conducir “los trigos del presidente”, provocaron la protesta de algunos huaylinos a través de las páginas del “Correo mercantil” de Lima bajo el epígrafe “Abusos en las Provincias”, lo cual obligó al Presidente a explicar sus actos. Dice Vizcarra al que se esconde bajo las iniciales B.A.: “…Los ingleses que entienden por principio la mediana, la buena y superior calidad de los artículos comerciales, aprecian de una calidad mediana los trigos de California, de buena calidad los de Chile, y de superior calidad los de Conchucos; empero el gobierno bárbaro de nuestros opresores jamás conoció estas diferencias, y a favor del monopolio de sus paisanos contra la industria del país, envileció el trigo de las provincias con el apodo del trigo serrano y erigió en necesaria para el Perú la primera causa de la carestía de los granos: la falta de cosecha.”
a Chile por la compra de trigo, a fin de que Perú “conservara esta suma en la circulaci6n interna de sus provincias, se regenerara el capital social aniquilado y tomaran el fomento y vigor convenientes todas las otras producciones y principalmente la minería”.
“Definido el principio de la libertad contractual de la mano de obra, particularmente de la mano de obra agrícola, quedaba a los Libertadores precisar su voluntad respecto a la propiedad de los medios de producción agrícola, distinto del nuevo régimen jurídico de la propiedad de la tierra. Su filosofía en este campo está toda dicha en la primera frase de un manifiesto dirigido a la poblaci6n peruana en agosto de 1826: “La propiedad es una de las bases primordiales sobre las cuales se apoya la sociedad civil, y protegerla es uno de los deberes esenciales de los gobernantes”.
BIBLIOGRAFIA
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