Walter A. Vidal Tarazona
Vamos
a tomar como documentos de trabajo Llamellín
en prosa y en verso, primer testimonio que rastrea su historia de manera documentada, y el mensuario “El Ande”, uno de los primeros
periódicos de esta parte del Perú o tal vez el primero aquí, en esta subregión
ancashina, que tuvo una influencia cultural que se extendió hasta Huaraz y Lima.
Antes de “El Ande”, sólo tendríamos que hurgar
las cartas y otro tipo de misivas que se cursaban en una comunicación
interpersonal. También podemos citar las cartas y notas de viaje de Toribio de
Mogrovejo y de Antonio Raimondi, que después fueron plasmadas en artículos que surcaron varios países extranjeros.
Santo Toribio de Mogrovejo en su larga peregrinación por “Conchucos” llega a Llamellín; encuentra en esta tierra colorada algo así como un oasis de paz espiritual, que aprovechó para liberar su sentimiento cautivo en su corazón. Aquí escribe una carta muy expresiva dirigida al rey de España, con fecha 16 de abril de 1596, donde se queja - en realidad se alegra y regocija- de las “adversidades y calumnias y pesadumbres, y los recibo como de su mano, y los tomo por regalo, deseando seguir a los Apóstoles y santos mártires, y al buen capitán Cristo Nuestro Redentor con su ayuda y gracia; atendiendo de esta parte que en cuanto uno más sirve a Dios es que más perseguido del mundo y de la gritería; y es lo que nuestro Señor dijo a sus discípulos, que si fuesen de este mundo, el mundo los querría y amaría, más porque no lo eran, por eso los perseguía […Cristo, sin embargo] los enviaría como corderos [a sus discípulos] entre lobos; y que si a él le habían perseguido, también ellos serían perseguidos… Y teniendo asimismo por delante que el discípulo no es más que su maestro ni el siervo [es más] que el señor, y que a Cristo le dijeron que tenía demonio y era engañador”(Rodríguez Valencia. Santo Toribio de Mogrovejo, Organizador y Apóstol del Suramérica. Madrid, 1956).
Raimondi
(noviembre, 1860), anota las experiencias de su viaje a Llamellín en su
libretita de apuntes (la 24, de las 61), que después las volcaría en artículos y
en su Libro El Perú, haciendo gala de
una pluma objetiva en la descripción y el manejo de una capacidad de síntesis
como un excelente periodista de nuestros tiempos. Informa, “hay un cerro bastante elevado llamado de
Rajush, donde se encuentran unas minas de plata, y lo que es más
extraordinario, un nevado subterráneo, observándose boquerones profundos
cortados por la nieve, sin duda producida por el agua de filtración que penetra
en los depósitos subterráneos, donde se congela por la baja temperatura del
lugar y no se derrite por no estar afuera de la acción solar” – añade- “El pueblo de Llamellín es bastante grande,
sus casas no son blanqueadas, exceptuando unas pocas; sus techos son la mayor
parte de paja [...]"
"Hay una escuela,
pero como en todos los pueblos de la República , el preceptor es muy mal pagado, por
cuya razón no puede entregarse enteramente a la enseñanza, pues con el
miserable sueldo que percibe no basta para su subsistencia; el local está
situado en la plaza y se halla en un estado deplorable [...]Los habitantes se dedican a la agricultura y
principalmente al sembrío del trigo, producto que exportan hasta Cerro de Pasco
[...] Tiene bastante terreno
cultivado, pero éste no puede producir todo lo que debería dar, debido a la
falta de agua.” Una verdadera
fotografía socio-económica de lo que era y todavía es, en parte, el
distrito de Llamellín, hoy hecho provincia denominada con justicia “Antonio
Raimondi”.
Walabonso L. Vidal,
D. Felipe E. Domínguez, Julio C. Pozo y Arsenio Vidal E., entre otros, construyen
un equipo que “sin pretensiones ni alardes de periodista, ni menos de literatos, sólo
como amantes de la renovación cultural y del progreso en todo orden de cosas
que en los momentos actuales se efectúan en el mundo, venciendo la modorra y la
apatía del medio social de estas apartadas tierras, funda hoy este vocero que
encarna los ideales verdaderamente salvadores de un mejoramiento futuro para el
idolatrado terruño que meciera nuestras cunas. “El Ande”, nombre con que hemos
querido bautizar – continúa el editorial del primer número- nuestro órgano de publicidad, será el
genuino intérprete, el fiel portavoz, del pensamiento y la voluntad de estas
pródigas y ubérrimas regiones. Su rol en la ardua brega del periodismo
abarcará, empero, grandes proyecciones, toda vez que nuestra labor de bien no
será reducida a este distrito (Llamellín) sino que se extenderá a todas las
actividades de la provincia entera (Huari) y aun de la vecina provincia de
Marañón, cuya anexión al departamento de Ancash es una necesidad impostergable”.
“El Ande” fue un
periódico plural, en sus páginas cupo la
reflexión política de apristas y sanchecerristas, abierto a inquietudes culturales de los
distritos de la provincia de Huari, Marañón, y su influencia llega hasta
Huaraz. Llegó, teniendo como centro de edición a la tierra colorada, al número
40 en las postrimerías de los años treinta, después de lo cual entró en un
largo receso, por la muerte de su principal
fundador y promotor don Walabonso L. Vidal. Sin embargo, no llegó a
extinguirse por completo, pues “bajo la
sombra tutelar del espíritu de sus fundadores y la savia nueva de los que como
herencia sagrada deben seguir el impulso
de esa magna misión”, renace en Lima, a mediados de la década de los
50, bajo la dirección de Roger W. Vidal R. Sin duda las circunstancias que
generaron las aspiraciones del distrito de Llamellín de escalar la categoría
política de provincia obligo a los hijos de Walabonso. Así es cómo renace “El
Ande”, y en competencia con otros periódicos que también salieron a la palestra
para luchar por la noble causa de ver coronada aquel antaño sueño, se mantuvo
hasta el año 1963.
Revista “Yarcán”
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Yarcán N°5 |
Entre los más importantes voceros de los
hijos de la ya hoy provincia de Antonio Raimondi, que salieron, en sana
competencia, a luchar a brazo flameante por la categoría de provincia del
distrito de Llamellín, citaremos a “Llamellín”,
Auspiciado por el Centro Cultural Llamellín, con su director don Germán L. Silva A. Posteriormente, ya logrado el sueño aludido (supra), nos
encontramos con revistas como La Gaceta Cotina , bajo de
dirección de Samuel Vega Silva, Puka
Allpa, Revista del Comité Femenino de la Provincia Antonio
Raimondi, (18 pp. incluida la carátula.), editada en 1974, con la dirección de
la señora Aída Veramendi de Olivera, finalizando los ochenta nace Yarcán, “revista de Provincia Antonio
Raimondi-Región Chavín, teniendo como director a Walter A. Vidal,
Sub-Directora: Bertha Silva de Ferrando, Jefe de Redacción: César Rodríguez
Gamboa; Administración: David Hidalgo Vidal, Coordinación: Alfonso Jara
Castillo y editor Walter Noceda Martorollet; hay otros más como Mussyarishun;
en los 90 el Sembrador, con don Lucio Zenaldo Espinoza Agurto. Todos ellos,
incluyendo a “El Ande” en su Segunda Etapa, editados en Lima.
En
Huaraz, y entrando ya al presente siglo, tenemos “Añoranza Raimondina” que
salió un solo número (Diciembre del
2000, 28 pp. incluida carátula), y mejor logrado por el mismo grupo de
estudiantes en la UNASAM ,
tenemos las entregas de dos números de “Ucrania Ancashina”.
Resumiendo, sin duda que hubo un periodismo
los años 30 del siglo XX en Llamellín, no superado en la zona por otra
publicación en cuanto a tiempo de permanencia (en el mercado ni en calidad de ella. Entre las publicaciones que migrantes
raimondinos trabajaron en Lima, resalta Yarcán por sus años de vida y el nivel
cultural de sus escritores (Javier Pulgar Vidal, Manuel Reina Loli, Gmo.
Santillana, Walabonso Rodríguez, César Rodríguez Gamboa, entre muchos otros,
ausentes). Terminamos con una apreciación del también ya ausente escritor
ancashino, Cristóbal Bustos Chávez (ANCASH ACTUAL, N° 51. Lima, II y III trimestres 1988, p.5) que comentando la
revista antes citada la transcribe: ‘Yarcán se ha gestado con la misma
motivación con que aparece nuestra presencia de provincianos en Lima’. Buena
presentación, tamaño cuaderno, 34 páginas, trasluce el aporte de los hijos de
A. Raimondi, ansiosos de su progreso integral”.