miércoles, 21 de octubre de 2015

UN NECESARIO ANÁLISIS CRÍTICO

Walter A. Vidal Tarazona.

Se trata de una ponencia sustentada por el profesor Biólogo Ricardo S. Puebla Wuth que hemos leído en un documento de trabajo entregado en el I Seminario Internacional: “EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE: Teoría y Práctica”. Universidad de San Martín de Porres. 14-16 de julio de 2005, una separata de 7 pp. El caso es que se sigue discutiendo, aunque ya con menos fuerza, el tema de las competencias (Currículo por competencias, silabo por competencias, es decir casi todo por competencias). 

El documento empieza con la importante y básica pregunta: ¿De dónde surgió la educación basada en competencias?; aunque, después de responder la pregunta, que por cierto es pertinente, el autor no entra a discutir lo esencial del tema, cual es, el porqué de una educación basada en la búsqueda sólo de competencias.



Paso a paso, voy a transcribir los párrafos pertinentes para someterlos, a un análisis desde un enfoque u óptica de la teoría crítica de la enseñanza (Canfux, 2000).

LA EDUCACIÓN BASADA EN COMPETENCIAS.

El expositor se pregunta: “¿De dónde  surgió la idea de una educación basada en competencias? El ABC [Aprendizaje en Base a Competencias], surgió como una respuesta a la necesidad -en las naciones desarrolladas –de ser eficientes y competir con calidad, más que con cantidad, a las presiones de los mercados y sus economías [...] la década de los `80s marcó eventos decisivos en nuestro mundo occidental, creció la demanda por la calidad en los mercados y se reconoció a esta como una función derivada  del desempeño eficiente de personas que laboran y de la inclusión de nuevas tecnologías más eficientes y limpias, pero también más complejas. Al innovar en las tecnologías, nuevas demandas surgieron en las capacidades exigidas a los trabajadores.”

Nuestro comentario: Detrás de este modelo ABC está la necesidad de ser competitivamente eficiente para el mercado (lo que no necesariamente significa pertinencia). Es decir, lo que prima como fundamento del modelo es el carácter economicista de la vida, donde la educación (este tipo de educación) es  elemento importante,  pero su importancia es sólo como un instrumento de medida económico-administrativa: la educación como instrumento para competir con calidad  a exigencias del mercado.  Observe, además, en este contexto el papel que jugó la tecnología con sus exigencias de capacitación laboral. Es correcto el reconocimiento de este hecho por parte del autor. El aspecto tecnológico está ligado, además,  al concepto de competencia, y el concepto de competencia (competitividad) está ligado al concepto de calidad. Veamos cómo define las competencias el autor.

DEFINICIÓN DE COMPETENCIAS.

“[...] Las competencias, pueden ser definidas como el conocimiento, las actitudes y las destrezas para desarrollar con éxito una labor determinada y están referidas, propiamente a descripciones de tareas las que, al cumplirse exitosamente permiten reconocer explícitamente un desempeño correcto, en alguna actividad.  Sin embargo, si actualizamos la definición en los términos que en párrafos anteriores comentábamos, Perrenoud, J (1999) las describe como ‘las capacidades para actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidades que se apoyan en conocimientos pero no se limitan a ellos’. Como señala este autor, la definición actual de Competencias no limitan su descripción a los conocimientos adquiridos, sino que los incluyen dentro de los llamados atributos personales (conocimientos, destrezas, actitudes, aptitudes, hábitos y saberes éticos); estos, se han modificado por la experiencia y se pueden ser  (sic) mejorados hasta lograr un correcto desempeño en la resolución de tareas, a ser realizadas por la persona para cumplir un cometido de calidad. [...]  el diseño por competencias hace posible explicitar las habilidades requeridas- señalando cómo se utilizan y deben transformarse en atributos-, para la realización adecuada de una o varias tareas que permitan realizar con éxito un determinado desempeño.” 

Nuestro comentario El autor define correctamente lo que son competencias (no maquilla la definición correcta de competencias): concepto que conduce sólo a la descripción de tareas que permiten un desempeño correcto, es decir idóneo; muy bien,  pero  la  actualiza señalando que el nuevo término incluye no sólo conocimientos, sino también destrezas, actitudes (valorativas?, teleológicas?, no se sabe), aptitudes, hábitos y saberes éticos. La pregunta que corresponde hacer es: cuál es la finalidad de modificar o reconstruir el concepto de “competencia”, habiendo palabras o símbolos que muy bien pueden designar lo que se desea expresar (formación integral, desarrollo total, etc, si se desea decir que se está educando), o de lo contrario ¿porqué, en última instancia, no se construye otro término que designe lo que se desea definir? (la investigación es aporte, creación, construcción). La respuesta no sabríamos con certeza, pero podemos conjeturar varias hipótesis: confundir el concepto de educación, proteger la tesis educacional del  ABC mutila el concepto de educación, etc. Esta segunda conjetura me parece más cercana a la veracidad, aunque  para ello tampoco es contraproducente una cierta dosis de confusión. Veamos por qué.

Lo cierto es que la “educación”  basada sólo en competencias no es educación. No es educere, esto es, orientar  a la persona desde dentro, es decir apoyar su desarrollo educiéndolo; pero tampoco es educare, formación integral, es decir orientar a la persona de afuera hacia adentro, con objetivos donde tenga cabido también los valores axiológicos, permanentes, tan urgentes en el mundo de hoy, donde lo que se nota es un desequilibrio a favor del conocimiento tecnológico (sólo el saber hacer), muy ligado al concepto de competencias, es decir al correcto concepto de competencia.

Algo más: en la definición de competencias el autor incluye, al principio, las actitudes, (conocimientos, actitudes y  destrezas), éstas por cierto son disposiciones, podría decirse,  de naturaleza psicológica, que preparan al individuo para cierto tipo de actividades (Diccionario Nakal) no necesariamente implican actitudes positivas, éticas o valorativas; en la definición modificada o ampliada también se incluyen las actitudes – “conocimientos, destrezas, actitudes, aptitudes, hábitos y saberes éticos”- en los términos antes descritos (diccionario), pues de lo contrario no se señalaría ya los saberes éticos en la definición ampliada que da el autor;  pero, además,  añadir  “saberes éticos” resulta ilógico e innecesario, porque la ética como saber estaría incluida en conocimientos. Aparte de ilógico, resulta confuso el concepto, toda vez que hace alusión a la ética como conocimiento y no como praxis, es decir ética como información y no como elemento formativo, práctico. En concreto, así aceptemos una “modificación” en el concepto de competencia seguiría siendo sólo un aspecto de lo que realmente se entiende por educación. Para ser un hecho educativo faltaría el aspecto formativo de la ética (educación moral).

Quisiera referirme, de paso, a la batalla que libró, quijotescamente creo, el recientemente desaparecido Dr.  Walter Peñaloza (Rector Vitalicio de la UNE, Profesor emérito de la UNMSM, y condecorado últimamente en la Sorbona) contra lo que se llamaría la arremetida de elementos educacionales basados en sólo competencias, que tienen sus fundamentos básicamente en el constructivismo radical, en contra de la educación, en particular en contra de la educación universitaria (leer su última producción “los propósitos de la educación”, 2003). Los años setenta y ochenta Peñaloza estuvo también dando la batalla contra el conductivismo de entonces que trató de introducirse en la denominada reforma de la educación (“Tecnología educativa”, 1980).

Debo, sin embargo, aclarar que no estoy en contra del trabajo por competencias. Al contrario, está permitiendo  grandes avances en cuanto a la calidad de la educación universitaria. Pero es insuficiente,  e insisto que, peligrosamente mutila la amplitud conceptual de educación y del educador, de la formación integral del ser humano antes que su formación profesional.

CATEGORÍAS DE COMPETENCIAS.

El autor del ensayo, seguidamente,  señala “[...] tres categorías de Competencias en las personas. Estas son:

1.      Las Competencias Básicas [en negritas]: Son las competencias mínimas para un adecuado desempeño en cualquier ámbito de desarrollo, tanto personal como laboral. Ej.: leer, escribir, nociones de aritmética, cálculo y matemáticas, expresión y comprensión oral, etc.
2.      Las Competencias Genéricas [ibid]: Estas son los comportamientos y actitudes de las personas, que son transversales a diferentes ámbitos de actividad personal y laboral. Ej.: Competencias conductuales, competencias de empleabilidad.
3.      Las Competencias Laborales [ibid]: Atributos que se han adquirido, por el desarrollo de capacidades para desempeñar  funciones productivas en diferentes contextos, de acuerdo a requerimientos de calidad de los sectores productivos. Ej.: saber operar maquinarias especializadas, supervisar y controlar una obra.”

Seguidamente, añade:

 “[...] las dos primeras dependen en gran medida de procesos de aprendizaje que debieran ocurrir prioritariamente en la educación común (no quiero decir tradicional, pues suele confundirse el término) y en la vida familiar. Pero, lo que es más determinante es que las competencias laborales buscadas hoy en día, se adquieren con mejor propiedad si las dos anteriores  están sólidamente incorporadas en la persona [...] La real dimensión –dice el autor- del Aprendizaje Basado en Competencias, está en la calidad con que hacemos la enseñanza inicial de nuestros niños, jóvenes y adultos.”

Nuestro comentario: ¿Las competencias laborales necesariamente se tienen que enseñar-aprender en la universidad? No sabríamos lo que el autor opina al respecto. Creo que el quid del asunto (de la discrepancia con los defensores de sólo competencias, sólo profesionalización) va por ahí. ¿Se requiere de una educación universitaria para generar competencias laborales o profesionales que satisfagan el mercado competitivo? Me parece que no. Es decir no necesariamente. Un técnico que posee experiencia  en el manejo de máquinas  puede operar una, con mayor destreza que un profesional (científico); es decir no necesita ser formado para realizar esta tarea de manera integral como persona. Aquí hay una definición (deslinde) de lo que consideramos una educación y lo que es simplemente un adiestramiento. La Universidad hoy –coincidimos con Peñaloza- sólo está adiestrando, debiera también educar. Salvo que se tenga un razonamiento sui géneris en el sentido de que la educación se da en la “educación común” y en la familia, y ya no se da en la Universidad (no es esta la idea del autor que hemos comentado). Dejemos, por nuestra parte,  que el hecho educativo se da a lo largo de toda la vida del hombre.

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Referenciales:
Canfux Sangler, Verónica. Sobre la formación de profesores desde la teoría crítica de la enseñanza. En Revista Cubana de Educación Superior, 2000.




sábado, 3 de octubre de 2015

COMBI NEOLIBERAL


WALTER  A. VIDAL TARAZONA

Ajá, Lima jueves 18 de abril del 2002: “Durante tiroteo con delincuentes tombo voló cabeza a marcador de micros [...], padre de familia que se ganaba la vida, en la fatídica esquina donde solía ubicarse todos los días para entregar información a los transportistas”.

A partir de los años 90 el libre flujo de capitales, la desregulación, las privatizaciones, todo eso y más, en un contexto de grandes y violentos cambios en el conocimiento y la tecnología, aceleraron en el mundo una concentración del ingreso y una centralización de capitales desconocida hasta entonces. Esto conduciría a un cambio de ritmo del capitalismo. Detrás de todo este escenario global, el neoliberalismo como doctrina y modelo.

 En Lima, el “correteo” de los combis quinceañeros -la edad promedio de estas máquinas está entre 15 y 18 años- es en miniatura, el retrato del neoliberalismo en un país pobre, en un contexto de un gobierno proclive a cumplir, salvaje y gozosamente, las normas y preceptos del neoliberalismo a ultranza.

 El explosivo crecimiento del número de vehículos  (casi seis veces más que hace diez años, para un volumen de viajes de  7 millones por día generado por el 70% de la población;  según el Instituto Metropolitano de Planificación, Lima, sólo requiere de unos 28 mil unidades y no casi el doble de los que circulan actualmente, de los cuales el 95% está dominado por las diversas formas de transporte informal)  ha originado un caos en la ciudad. Una externalidad negativa que limita el acceso a los servicios públicos, acorta la jornada de trabajo en términos de eficiencia, maltrata a la gente y amplía la desigualdad social; en realidad, una verdadera pérdida económica Esta externalidad en el transporte es liderada nada menos que por la combi neoliberal.

 Lima, allá por los años 40, jamás habría soñado con este estilo de vida combi. Pero ya experimentaba el inicio de su explosiva expansión; pues, con excepción del tranvía, el transporte urbano obedecía a las condiciones del mercado, que crecerá descomunalmente cuando aparezcan los asentamientos humanos. En los 60 colapsan las líneas de ómnibus y aparecen los microbuses con sus comités que van a dominar el servicio. En los 70 el fracaso de las administradoras para municipales dio paso a la centralización del servicio con el establecimiento de Enatru-Perú, empresa pública que en 1981 se transformó en empresa estatal, con personería jurídica de derecho privado y organizada como sociedad anónima. Pero ni  como empresa pública ni como sociedad anónima fue capaz de sostener el servicio de manera eficiente. En cambio, el transporte informal resultó ser una verdadera salida, se adaptó a los cambios sociales que se producían en la ciudad, integrando a los asentamientos informales, facilitando más zonas de expansión y comunicando a los nuevos limeños.

Así es como, la combi, con su chofer un tanto grosero, su cobrador haraposo, sus marcadores moscas, un lenguaje y estilo propios, hoy día llega a cualquier punto de Lima, con su radio a todo volumen, haciendo conexiones por las redes que ninguna autoridad las ha diseñado y que nadie más que el mercado ha establecido sus dimensiones.

Y con la combi aparece el datero, llamado también marcador, como alternativa para solucionar el tormentoso y desbocado sistema vehicular, pero también algo así como respuesta de la gente al creciente desempleo y exclusión de la economía global; como una nueva forma de auto emplearse para  sobrevivir; una “pichanguita” ingeniosa, secuela de la  pobreza en que la extracción del excedente dejó al país a su suerte (primero a través del intercambio desigual,  después mediante la remisión de utilidades fruto de las inversiones, luego vía  financiamiento de los déficit de comercio exterior mediante el endeudamiento y a todo esto últimamente -increíble- el “asalto a mano armada” de la corrupción).


En fin, esto podría ser el marco teórico-histórico de lo que intentaremos hacer una especie de semblanza del llamado marcador o controlador de frecuencias2, el “men” del sencillo. Un hecho jamás visto antes de los años 90 en nuestro país. Gente que en los paraderos mantiene informados a los choferes y cobradores cuánto tiempo les llevan sus competidores de ruta, a cambio de unas propinas que ellos les arrojan al suelo. Viejitos, muchachos, niños, blanquitos, morenitos, de todo color; mujeres, profesionales, sin exclusión de sexo, color, religión ni instrucción, incluso discapacitados; llamados también  “chacales” por la “gauchada” que hacen adicionalmente cambiando billetes por sencillo. Su labor es la “marcación” (anotando en un cuadernillo o papel suelto) del tiempo o la frecuencia con que circulan los carros si éstos pasaron “misio” (casi vacío), “a media plancha” (medio lleno) o están “planchado” (lleno), si hay “correteo” o alguna máquina se ha “chantado”; es decir, guerra de combis para ganar  pasajeros, usando un lenguaje sui géneris que pertenece sólo al lenguaje del combi limeño. “3, 4, 2...michi  planchado”. Lenguaje contagiante. “Bajan Bartolo” (Dicho y hecho, el colegial, que se expresó de esa manera combi, baja, y a la carrera cruza la avenida La Marina a mitad de cuadra para internarse en su Colegio Bartolomé Herrera).


Desde las seis de la mañana hasta las once de la noche, correteando en las esquinas y paraderos de micros y combis, que pueden ser cualquier punto de la ruta, llevan el control del tiempo que transcurre entre carro y carro para proporcionarles la información necesaria a los conductores a fin de que éstos no paguen la multa que les cobran sus empresas por llegar tarde (o muy temprano) a su destino. Hombres anónimos, que en cierta forma se encargan de regular el tránsito en las calles de Lima, muy importante para que los choferes adecuen la velocidad de sus máquinas  a la frecuencia de las líneas que compiten y también a las necesidades del público. La mayoría no tiene instrucción completa, ni se especializó en nada a parte de su labor. Expuestos a la intemperie durante todo el día y enfrentando los peligros de la calle y la velocidad de los mismos carros que controlan, a cambio de unos  S/0.10 ó S/0.20. No necesitan que alguna empresa los contraten, pues ellos se contrataron y formaron su propia  informal “empresa”.

Es verdad que el trasporte informal no es nuevo. Pero este nuevo transporte informal, la de hoy, se caracteriza por asumir una posición de total hegemonía sobre las demás modalidades y la extraordinaria adecuación a los cambiantes requerimientos de la población. Los combis incursionan  segmentando las extensas rutas tradicionales, pero también impulsando el crecimiento de los conos de la ciudad al recorrer rutas por las que jamás podrán ingresar las grandes líneas. Lo hacen con pujanza, a despecho de otros medios menos contaminantes del ambiente como la bicicleta, motocicleta o el moto taxi.

El gobierno fujimorista permitió la importación de vehículos nuevos y usados sin mayor restricción y liberalizó el precio de los pasajes; la desregulación y el explosivo crecimiento de carros creó la necesidad de un control del número de vueltas que recorre un carro y de la frecuencia o lapso con que su competidor le lleva de ventaja en su recorrido. Es así como surgen los  hombres “de la marcación y el sencillo”. Muchos incursionaron en este oficio, cuando trabajaban en las vías públicas vendiendo caramelos y cigarrillos, limpiando lunas y otros provienen del desempleo originado no sólo por la quiebra de las líneas de transporte sino de muchas otras empresas en general (básicamente pequeñas y medianas).

Los primeros años (de los noventa) los choferes, para llevar un control adecuado de su tiempo, preguntaban a alguien que esperaba algún carro en el paradero: “¿cuánto tiempo hace que ha pasado el carro de adelante”?, pagándole al informante 10 ó 20 céntimos por el dato que le proporcionaba. “Así es como surgen los primeros dateros informales”, dice  un funcionario de la Empresa de Transporte Diecisiete de Junio S.A. Línea 44 – Callao, entrevistado por los chicos.

Los dateros informales, que constituyen la gran mayoría, son aquellos que por iniciativa propia se colocan en una esquina o paradero con su reloj en mano, brindan servicio a los carros de una o varias líneas pero que cubren la misma ruta, recibiendo  a cambio del dato desde S/ 0.10 y hasta S/ 0.50, dependiendo del lugar, del día, la hora, de si está lleno o vacío el carro que controla, etc. Algunas veces si algún chofer cuyo carro está en desventaja le paga más, entonces el datero sobornado, ayuda a que el otro carro se atrase y/o se quede vacío. Pero hay muchos que son insobornables, como Carlos, precisamente llamado el “soplón” por su lealtad a su empresa, como veremos luego.

Los dateros “formales”, en cambio, tienen un trato directo con una empresa o son contratados por un “service” para esa empresa. Alguien que quiere ser datero “formal” presenta una solicitud a la empresa  abonando S/10.00, y paga semanalmente una cantidad; pero si es contratado por un “service”, el datero desembolsa el 50% de lo que gana diariamente (25% se queda con el  “service” y el otro 25% es para la empresa). El “service” se encarga de “enganchar” dateros y las respectivas cajas registradoras, las que son ubicadas estratégicamente a lo largo de toda la ruta. Este sistema de trabajo beneficia a la empresa porque a parte de que tiene un control verdadero y exacto del tiempo de cada conductor, obtiene un ingreso mensual adicional por los pagos que hace el “service” a la empresa. Con este sistema es difícil alterar la información, ya que cada datero debe llevar una plantilla de registro que es entregado a la empresa, además así se evita los posibles sobornos que los choferes podrían hacer para que el datero registre el tiempo que les conviene.

Un marcador gana en promedio S/1,140 mensuales (suponiendo que descansan 5 días al mes). Este nivel de ingreso mensual es superior al sueldo promedio del profesor universitario, de un profesor de colegio, de un cajero de banco part-time o de un policía. Se dan muchos casos de dateros que empezaron desde niños con la ilusión de trabajar y poder terminar sus estudios, pero al contar con el dinero obtenido se olvidaron de sus estudios. Este es  el caso de “chapita”. Veamos este caso.

Carlos y Koki (“soplón” y “chapita”). Paradero Licenciados del Distrito de Ventanilla. La historia es similar a la de muchos jóvenes que dejaron su hogar y se vinieron a Lima. Carlos confirma que le dicen “soplón” porque “no se casa con nadie”, es decir le comunica a la empresa los hechos tal y como suceden. Con un bajo nivel de educación no encontró un trabajo estable, comenzó  a vender golosinas en un paradero cerca de donde vivía. Allí conoció a un amigo, quien le dejó este trabajo. Se convirtió en un controlador directo de la empresa. “Chapita”, el hermano menor, quien ya no quiere saber nada con el estudio, que apenas había iniciado, comenzó en esta actividad desde los diez años con ayuda de su hermano,  se ocupa  de otra línea cuya empresa no le exige ninguna aportación. Entre los dos controlan unos 90 combis por día de cada línea y también les informan a la competencia ganándose un sencillo más.

Luis, 26 años, datero en una de las esquinas de la Av. Universitaria, distrito de San Martín de Porres. Trabajaba para una fábrica de ropas, distribuyendo al por mayor en los mercados; pero de pronto la fábrica empezó a caerse y para no cerrar sus puertas redujo el personal y así Luis quedó desempleado, con esposa y dos hijos. [...]entonces unos amigos me dieron la idea de que podría conversar con alguna empresa de transporte para ver si me aceptaban para que controle la velocidad de sus carros”. Ahora es controlador de tres líneas de la misma ruta; recibe por cada carro S/0.10 ó S/0.20 dependiendo del día y del número de pasajeros que carga el combi, si está lleno recibe a veces hasta S/0.50, sacando de S/1400 a S/1500 al mes; pero él dice que eso le alcanza apenas para la comida, pasajes y los gastos de escuela de sus hijos. Trabaja desde las 5 a.m. hasta las 9 p.m. Dice que se siente bien en este trabajo pues no hace mucho esfuerzo, y sonriendo añade que si hubiese tenido una profesión tal vez ahora no ganaría ni siquiera la mitad de lo que gana como datero. El siguiente caso confirma esto lo que Luis manifiesta.

Eduardo, un padre de familia de 39 años, separado, con un hijo a quien mantiene, es profesor de filosofía y ciencias sociales; se gana la vida desde hace dos años como datero en el horario de 4p.m. a 11:30 p.m. El estudió en una prestigiosa universidad nacional del país... “me rajé el lomo estudiando cinco años y poder ser un profesional de provecho, pero el Estado no me reconoció y miren en donde estoy ahora”. La familia de Eduardo siempre ha estado vinculada al transporte público, al ver su situación le ofreció la alternativa de cambiar el terno, sus libros y tizas por la de estar parado en una esquina controlando diversas líneas, y ganando aproximadamente S/50 al día, que es mucho más de lo que sacaría dictando clases en el colegio.

Av. Nicolás Dueñas. Una jovencita, 23 años. La empresa la hace rotar de tiempo en tiempo. Nos comenta que es su primer trabajado, porque “[...]de pronto no nos alcanzaba el dinero”, entonces es cuando ella habló con su vecino y él le ayudó a entrar en este trabajo. Al día saca de  S/15 a S/30, con lo que ayuda con el gastos en su casa. Ella nos dice que quisiera estudiar algo y dejar este trabajo que la esclaviza desde las 6 a.m. hasta las 6 p.m. y lo que gana diariamente no compensa ese sacrificio. Jhoni, también joven,  controlador desde hace más de 5 años, al terminar la secundaria no tuvo más remedio que trabajar como marcador de combis. Nos cuenta que fue chofer, aunque actualmente estos dos trabajos los alterna de vez en cuando, es decir si hay oportunidad hace de chofer; trabaja de 3 p.m. a 11:30 p.m., su  “propina” (así lo llama él) es más o menos S/30, que a duras penas le alcanza para ayudar a mantener su casa, pues es el único medio que hasta ahora ha encontrado para sobrevivir con su familia.

Desde que estaba en el colegio tuve que recursiarme buscando cualquier trabajo que hubiese por allí; somos muchos en casa y el dinero no alcanza”, nos dice “El Cholo”, un chico de 22 años, de Comas. Antes de trabajar como datero fue cobrador de una de esas líneas “informales” o “piratas”. Miguel, otro chico, de 23 años trabaja para la línea R-28, tiene poco tiempo como datero, hace 6 meses quebró la fabrica de zapatos en la cual trabajaba y desde entonces lo encontramos de 2 p.m. a 10 p.m. en la cuadra 32 de la Av. La Marina.; a él la empresa le paga S/15 diarios, no incluye ningún tipo de beneficio pese a tener un trato directo con la empresa. Lamentablemente esta pequeña suma de dinero no le es suficiente para ayudar en su casa, es así que por las mañanas sale a buscar otro trabajo “de lo que sea”.

Pedro, joven de 28 años, el mayor de 3 hermanos, es datero desde hace ocho meses de manera informal; su mamá tiene un quiosco de periódicos en una esquina de Faucett y desde ahí Pedro datea a los choferes. Antes fue repartidor de gaseosas, pero por reducción de personal salió de ahí y se dedicó a esto que de una u otra manera lo ayuda a mantenerse y salir adelante junto con su familia. Edgar, 35 años, en la avenida La Marina, trabaja de 7 a.m. a 7 p.m.,  nos cuenta que antes de ser datero fue cobrador de una línea para la que ahora trabaja, lo que le impulsó a cambiar de oficio es que en esa empresa de transportes abundan los cobradores y que muchas veces no trabajaba porque eran pocas las oportunidades; por ello decidió probar con este oficio. Gana S/ 50 aproximadamente, de los cuales paga S/1.50 a la empresa por permanencia de lugar, él dice que su ingreso no depende de la empresa, sino de la voluntad de los choferes, los cuales le dan hasta S/0.50 si el carro va lleno, S/0.20 si va más o menos y a veces si va vacío no le dan nada. Edgar trabaja también a veces de albañil ya que como él dice “hay que ingeniárselas” para salir adelante.

Carmen. Cruce de la Panamericana Norte con la Av. Eduardo de Habich. La actividad que realizaba antes de ser datera era estudiar en un instituto, pero desde hace tres meses trabaja para la empresa de la línea S-2, de lunes a domingo de 6.00 a 8.00 p.m. ganando diariamente S/40.00, no recibe ningún beneficio de la empresa para la que trabaja, incluso la máquina registradora del tiempo que utiliza la compró ella. Este trabajo al menos le permite ganar lo suficiente para cubrir sus gastos y estudio en su tiempo libre, pero lo malo es que tiene que estar parada casi todo el día y soportar el frío o el calor. En la Av. Javier Prado, un chico llamado Juan de 23 años, nos manifestó que era un datero independiente ya que le resulta más beneficioso ser así porque no tiene que pagar a alguien una parte de lo que gana. Pero esto tiene sus desventajas porque como es independiente, algunos chóferes o cobradores no le dan nada. Este chico registra el tiempo de varias líneas aproximadamente unas 4 ó 5 líneas. Antes de ser datero era lavador de carros.  Su horario de trabajo es de 5:00 a.m. a 2:00 p.m., ya que a esta hora llega otro chico a trabajar.

Como manifiestan, casi todos ellos, la ventaja de este empleo es que ellos mismos se los han generado, no tienen horario de entrada ni salida, ellos mismos se “controlan”. “La desventaja es que puedo ser atropellado por un carro que va a mucha velocidad”, dice uno; “no puedo hacer mis necesidades tranquilamente” añade otro, pero con una sonrisa entre labios.

Camino Real. Rosa, de 35 años. Ella trabajaba en Unique. No tiene horario fijo pero generalmente lo hace de 7:30 a.m. a 5:00 p.m. de lunes a viernes. Es independiente y registra la frecuencia de los carros de 4 líneas. Nos manifestó que se enteró de este trabajo por un amigo y desde hace 2 años es datera. Aproximadamente gana S/40.00 por día dependiendo de lo que le da cada cobrador. Según ella son muchas las ventajas de ser datera porque al mes está obteniendo más que si trabajara bajo un sueldo mínimo, sin embargo lo perjudicial de este empleo es el estar parada casi todo el día y algunas veces sin almorzar, manifiesta ella.

Enrique trabaja 3 días a la semana desde las 5:30 a.m. hasta las 10:00 p.m. y está ganando aproximadamente S/28.00 a S/38.00 diarios. Señala que ser datero implica a veces no comer porque siempre tienen que estar atento al momento en que pasa un carro de la línea que registra. Debido al exceso de oferta de cobradores, decidió generar o buscar su propio empleo convirtiéndose así en datero independiente. Sin embargo señaló que el hecho de haber sido cobrador de la línea 28 le resulta ventajoso, porque muchos de sus amigos son cobradores de la línea que registra y le pagan bien por la información recibida.

En la Av. Arequipa, Carlos, de apenas 16 años, trabaja como datero desde hace 2 años y entró a este trabajo porque un amigo le comentó de este empleo. Aún está estudiando y nos dijo que trabajando una vez a la semana cinco horas al día llevando el control de 4 ó 5 líneas está ganando aproximadamente S/20.00 a S/30.00. Para Carlos es más conveniente trabajar en las tardes porque estudia en las mañanas, y decidió cambiar su empleo de vendedor de galletas al de datero porque este último le permite obtener mayores beneficios, ya que como vendedor habían días en que no ganaba nada.  Francisco es marcador independiente desde hace 6 años, tiene 44 años y vive en el Callao. Tiene un horario de trabajo que va de lunes a sábado de 7:00 a.m. a 7:00 p.m. y registra el tiempo de los carros de la línea 48 (rutas A, B y C). Esto le genera un ingreso diario de S/35.00 aproximadamente. Antes de ser datero trabajaba como mozo en el Hotel Sheraton; deja este trabajo porque no le tomaban en cuenta sus años de servicio. Según Francisco lo ventajoso de este oficio radica en que no existe presión por parte de un jefe. En cambio la desventaja de este empleo consiste en que debe soportar el humo, la contaminación y las variaciones del clima.

Como podemos darnos cuenta por las entrevistas realizada por nuestros alumnos, todos realizan una labor muy sacrificada e importante para subsistir. La mayoría de personas que labora como datero tienen su origen en el despido masivo al quiebre de las empresas. Hay los dateros llamados “formales” (en realidad no lo son) que trabajan para una empresa específica y los informales que trabajan en forma independiente. La mayoría de los entrevistados son dateros independientes. El hecho de que las empresas traten de contratar su propios dateros ya sea por service o en forma directa se debe a que así pueden obtener ingresos adicionales provenientes de un porcentaje que el datero paga de lo que gana diariamente; a cambio dichas empresas y los “services” no les reconocen ningún tipo de beneficio.

Sálvese quien pueda, y como pueda, del neoliberalismo. Los dateros, desamparados como individuos económicos, lo hacen excelentemente, y no les importa otra cosa que su supervivencia.
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1 Lucio Grados (12, 1996) “Créalo, porque es cierto”en La Opinión, editada por la Oficina de Prensa y Protocolo del MT, revela 500 millones de dólares anuales y una contaminación ambiental de 11.18 TM de gases por Km2/mes.
2Fuente básica de información estadística: “Economía de sobre vivencia”, UNAC, 2000, excelente trabajo de investigación de mis alumnos BUSTOS GARRO, GARCÍA WAN, GUERRERO GUTIERREZ, TOYA ALVARADO, RETAMOZO ESCOBAR, ROJAS ROJAS  y ALEX SOTO MORENO.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

APUNTES SOBRE ÉTICA, MORAL Y POLÍTICA.*


 Walter  A. Vidal Tarazona.


"[estamos en] un mundo conducido por la ciencia, la tecnología, el mercado y el beneficio, motores poderosos, pero le falta la ética, que es la única que tiene una brújula.”
Edgard Morin

Introducción

Bernardo Kliksberg, en un importante evento internacional, no reciente por cierto, mostraba algunas cifras para  América Latina: 
El 36% de los niños menores de dos años de edad padecen de desnutrición.

El 17% de los partos se hace sin asistencia médica.

La mortalidad materna quintuplica la de los países desarrollados.
La desocupación juvenil duplica la general.
Numerosas familias están siendo destruidas por la pobreza.
La brecha de desigualdad es la mayor del planeta: El 5% más rico de la población tiene el 26% del ingreso nacional y el 30% más pobre sólo el 7,5%. 
... la criminalidad asciende; y está ligada a la desocupación juvenil y al deterioro de la familia. Concluía Kliksberg, que se trataba de una realidad preñada de “desafíos que, al mismo tiempo que económicos y sociales, son éticos.”

Ciertamente, estos hechos, como sostiene Joseph Stiglitz, ya no constituyen un problema de producción (económico) sino un problema de ética. Porque, como lo sostiene también el  rabino Israel Singer, la pobreza es una expresión cruda de la injusticia en el mundo.  Con razón, entonces,  el premio nobel en economía, aboga por una perspectiva que tenga en cuenta, junto a lo económico, al desarrollo humano, el medio ambiente; pide establecer un código ético para los asesores económicos, cuyo primer artículo sea la honestidad de no imponer teorías económicas que no tengan real validación empírica.

Finalmente, el Papa Francisco se atreve a señalar las deficiencias del sistema económico mundial. Ningún político o intelectual de prestigio ha criticado al capital, como sí lo ha hecho el Papa Francisco.


Irreversible mente, sin embargo, haciendo más vulnerables a los pobres, el  mundo se globaliza. La desigualdad bloquea el acceso a la salud, educación, participación y oportunidades a los pobres. Invocaciones como la del Premio Nóbel Amartya Sen en el sentido de que el objetivo del mundo debe ser “lograr que los seres humanos puedan ejercer una libertad real y realizarse”, caen en saco roto.


Lo que padece, actualmente, el mundo son problemas de moral, de una ausencia de la ética en sus habitantes, y de una deontología adecuada en la formación de los profesionales de todo el mundo.


Antecedentes

En la Grecia histórica, la ética estuvo ligada a la religión, a los mitos y a otros conocimiento "empíricos" [1]., antes de surgir  como disciplina filosófica con Sócrates.  Para este ilustre filósofo, la  virtud es un conocimiento, ser virtuoso implicaba ser educado. Por eso la escuela socrática daba importancia a la sabiduría, la que se entendía como conducta con relación al mundo y no como saber acerca del mundo. 


Las corrientes socráticas posteriores, como la escuela epicúrea, encuentran, como el fundamento de la sabiduría, el placer que proporciona la inteligencia; la estoica en cambio halla el fundamento de la sabiduría en la virtud que consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza; es decir, los epicúreos ven el logro del bien en el placer espiritual; mientras que los estoicos "en la serena indiferencia ante las vicisitudes", en plena armonía con la naturaleza; buscan la independencia de los acondicionamientos.

Otros pensamientos posteriores, como los de los cínicos (con Antístenes), despreciaban el placer; los cirenaicos (con Aristipo) creían que el bien estaba en el placer (hedónico), los megáricos (Euclides de Megara) consideraban el bien único (Sabiduría, Dios o Razón) a cuyo conocimiento se llega con la lógica.

*
Platón funda su concepción (de ética) en el amor  purificante de las pasiones, que hace que el espíritu ascienda a la contemplación del bienque es nada menos que la verdad y la belleza. Platón encuentra en el alma tres elementos: el intelecto (conduce a la sabiduría), la voluntad (conduce al valor) y la emoción (a la templanza), que en armonía encuentran  la justicia, la última virtud.

*Aristóteles orienta su investigación a una "ética intelectualista", la que se basa en las virtudes (éticas), aplicación de la inteligencia a la conducta.  Vincula la moral a la felicidad; la ética (aplicada al individuo), la economía (aplicada a la familia) y la política (aplicada a la ciudad o polis), para el logro de la felicidad como bien supremo: el hombre busca la felicidad, como fin último. Este pensamiento teleológico es lo que marca la diferencia del pensamiento platónico, quien (Platón) liga la felicidad a lo axiológico. *El teleologismo aristotélico, como realización de la esencia y potencialidades humanas, implica el desarrollo armónico y racional de sus facultades, siendo la más elevada la facultad del pensamiento. Las pasiones son inclinaciones que hay que disciplinarlas u ordenarlas: la virtud (conjunto de hábitos) consiste en situarse en el justo medio (la moderación: entre el exceso y la insuficiencia).

En la Edad Media, San Agustín va a recoger las ideas de Platón y Santo Tomás de Aquino las de Aristóteles. El pensamiento moral cristiano fue aplicado a todos los hombres, inclusive servía para los esclavos (lo que no ocurrió así en la época clásica). Con afirmaciones tales como “Amarás al Señor tu  Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza, con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas, 10:21, el subrayado nos corresponde), vuelve a conceder primacía a los problemas éticos, ligándolos a la religión (Dios como amor y bondad). Tales pensamientos cristianos están en sus  mandatos, tales como “lo que quieras que los hombres te hagan a ti, hazlo a ellos” (Mt, 7:12). 
      
San Agustín que en su juventud fue maniqueo (idea religiosa que  considera dos fuerzas en pugna para conseguir el dominio absoluto: la luz y la sombra), inspirado en las ideas platónicas enfatiza el aspecto axiológico de las virtudes,  y  SantoTomás de Aquino intenta incorporar el intelectualismo aristotélico a la ética (Summa Theologiae), conciliando este pensamiento con el dogma católico. Este modelo ético decayó con el renacimiento y la reforma protestante (Lutero, Calvino asocian la riqueza a la bondad y la pobreza al mal).

*En la Edad Moderna, nace una concepción utilitarista (fundada en la praxis). Mientras que Rousseau propugna la vuelta a la naturaleza (estado natural, eticidad pura), denunciando a la sociedad y la civilización como corruptoras de las virtudes naturales, Thomas Hobbes responde que “ese estado de naturaleza” es una “guerra de todos contra todos”, porque –dice Hobbes-  el hombre es un animal egoísta que obedece a sus naturales apetitos y aversiones, por eso la gente busca seguridad participando en un contrato social (con poder soberano). Rosseau (Contrato social, 1762) va a aceptar la idea  de una sociedad regida por un contrato social.


*
Finalmente, para unos pensadores existe un sentido moral que hace que el hombre actúe siempre de acuerdo con lo que su razón considera bueno o malo, para otros (David Hume, Adam Smith) no existe tal “sentido moral”, sino que el elemento discernible en los sentimientos éticos es la simpatía.




Pero qué es ética hoy.

Ética, (del griego ethikós, ethos, o éthicus, en latín significa carácter, manera de ser) como conocimiento, es la parte de la filosofía que se ocupa de las obligaciones morales del hombre. Analiza, reflexiona, estudia el problema del bien y el mal. Se puede hablar de hecho ético con referencia a actitudes y comportamientos del hombre pero siempre se estará en una posición/relación  de/a  un determinado conjunto de valores; es decir, no se puede salir del campo filosófico, esto es, del ámbito axiológico, a pesar de los intentos que hay para estudiarlo científicamente (desde Aristóteles). 


Pero cuando hablamos de ética no sólo hacemos referencia al aspecto axiológico (valores), sino también nos involucramos con aspectos teleológicos (con fines, principios).

A lo largo de la historia, unas veces se ha identificado la ética con la moral y otras veces se ha supeditado la ética a la moral, o a la inversa, la moral a la ética.


Mientras que la ética estudia el problema del bien y del mal en la conducta humana, independientemente del conjunto de normas que rigen esa conducta en un momento dado, la moral (del latín moralis-mos, moris: costumbre, conducta) estudia esas normas y las distintas formas que cobran en la sociedad[2].

La moral como que es de la apreciación del entendimiento o de la conciencia /no de los sentidos/ pertenece también como la ética al fuero interno/ no al jurídico/.  El diccionario dice: " [moral es la] ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia" (el resaltado nos corresponde). Podríamos concluir tal vez, diciendo, que la ética pertenece al hombre como ser individual, la moral pertenece al individuo social o sociedad (a una determinada sociedad).
(continuará...)
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* Desempolvando algunas anotaciones de clases (para compartir con mis amigos lectores).
[1] Según el genial Aristóteles el conocimieno  humano se divide o clasifica en: "empírico" (vulgar), "filosófico" y "científico". Esta genial división llega hasta nuestros días sin mucha variación: solo que hoy el conocimiento filosófico está por encima del científico.
[2]Un principio del derecho es: “Son nulos los actos jurídicos cuyo objeto sea contrario a la moral y a las buenas costumbres”. Aquí, el acto jurídico tiene que ver con la política, pero referido a justicia como valor.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Educación y conocimiento como valor agregado en la economía

NR:

Navegando, y navegando en este océano virtual de las letras, nos hemos topado con un artículo muy interesante. El profesor investigador Gerardo Alcántara Salazar escribe sobre "Educación y conocimiento como valor agregado en la economía", artículo que lo hemos pescado del "Boletín Semanal del Portal Libros peruanos", y estamos permitiéndonos trascribirlo integramente por ser un tema de actualidad que ayuda a un ensayo de reflexión a los docentes en todos los niveles.
CIERTAMENTE, EL CONOCIMIENTO ES, EN LA ECONOMÍA, UN VALOR AGREGADO A LA NATURALEZA.  Y LA EDUCACIÓN ES DUEÑO DE ESE PROCESO. PERO LOS PROPÓSITOS DE LA EDUCACIÓN (PEÑALOZA) NO SOLO SON LOS CONOCIMIENTOS,  HABILIDADES, APTITUDES, DESTREZAS (SUMA A LA  QUE  LA  ADMINISTRACIÓN  INDUSTRIAL Y OTRAS DISCIPLINAS MODERNAS, LE PUSIERON EL NOMBRE DE COMPETENCIAS, PARA HACERLO MÁS ENGORROSO EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN), EDUCACIÓN TAMBIÉN ES ,  Y FUNDAMENTALMENTE, VALOR.Y CUANDO MENCIONAMOS VALOR COMO PROPÓSITO, HOY TAL VEZ MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA EN EL MUNDO, PARTICULARMENTE EN EL PERÚ,  NOS ESTAMOS REFIRIENDO BÁSICAMENTE A  LOS VALORES AXIOLÓGICOS, A LOS VALORES ESTÉTICOS Y A LOS VALORES SOCIALES TAMBIÉN.
Dicho esto,  a manera de aclaración, especialmente a nuestros alumnos de la MIDU-UNAC, publicamos íntegramente el importante ensayo, solicitando al colega sanmarquino, autor del artículo,  nos permita difundirlo entre nuestros lectores. WAVITA.

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ESUCACIÓN Y CONOCIMIENTO COMO VALOR AGREGADO EN LA ECONOMÍA

 Gerardo Alcántara Salazar

Fuente: Librosperuanos.com
Lima, junio 2012


Los “expertos” dicen que los maestros no saben lo que deben saber. Pero, ¿qué deben saber? No lo dicen, porque tampoco lo saben. Lo intuyen pero no lo saben; actúan en base a corazonadas. Necesitamos conocer cuál es la clave de una educación moderna o seguiremos defendiendo la educación arcaica, imaginándola moderna o postmoderna.

Cuando tenemos entre las manos uno de los tantos teléfonos celulares u observamos maravillados los artefactos eléctricos que se exhiben en los mejores 
shopping centers, o cuando pensamos en la economía de los países tecnológicamente desarrollados, por ejemplo en la nanotecnología para realizar delicadísimas y exitosas operaciones quirúrgicas; en los satélites espaciales, o en las mega—máquinas, con las cuales se puede trasladar en un día una montaña de un lugar a otro; o bien los satélites y los vuelos espaciales; la cibernética y la gran variedad de sofisticados objetos como los radares o los aviones teledirigidos; y, en fin, el perfeccionamiento vertiginoso, incesante, infinito de los artefactos más vinculados o dependientes de la tecnología digital y, viendo que en los mismos términos, avanza la división del trabajo, nos preguntamos: ¿Por qué valen lo que cuestan estos objetos cada día más sofisticados? ¿Por qué tanto cambio? ¿Cuál es el secreto de todo esto? ¿Magia o milagro? La respuesta a la primera interrogante puede ser muy variada, podría decirse —por ejemplo— que lo que determina su valor es la belleza del objeto, su forma o su función. Y por supuesto, que esas respuestas son correctas, porque nadie pagaría lo que paga por un objeto que no le sirviera o que habiendo otros más bellos, funcionales y, a la vez baratos, eligiera el menos presentable, caro y técnicamente el menos acabado. Pero, ¿es eso lo que determina finalmente el valor de estos objetos? El valor de estos objetos lo determina el trabajo humano, porque son hechos por seres humanos. A estos objetos no lo produce la naturaleza. Si todos esos maravillosos objetos fueran producidos y abundantemente como el oxígeno por la naturaleza y más bien fabricaríamos oxígeno para vivir, ¿costarían lo que cuestan? La respuesta, obviamente es no. Entonces surge otra pregunta: ¿Cualquier persona o grupo de personas puede producir estos u otros objetos semejantes? Es obvio que no. Las personas que lo producen son seres con una preparación especializada. Se trata de seres humanos que representan lo más avanzado del conocimiento, de la creatividad y del ingenio humano.

Y ¿cómo es que estos seres humanos han llegado a tener esa pericia? ¿Cómo es que llegaron a tener esos conocimientos? Nacieron sabiendo, ¿o tuvieron que aprender a fabricarlos? Esos conocimientos se aprenden. Los individuos nacemos con un cerebro potencialmente capaz de aprender a hacer todo cuando ahora se hace y lo que en el futuro se hará, casi como si fuese obra de la magia o milagro. El aprendizaje es un proceso y la enseñanza corre a cargo de la educación.

La naturaleza pone lo que se ve, lo tangible. La Educación aporta los elementos intangibles. Si vemos un televisor funcionando, la naturaleza da la materia tangible, aquello que tiene tamaño, peso, color, olor, aspereza o suavidad, aquello que se puede observar mediante los sentidos. La verdad es que incluso en esto, el hombre ya ha introducido conocimiento y talento, pues lo tangible no es puramente naturaleza, sino naturaleza en la que el factor subjetivo, el hombre mediante su intelecto incorporado está presente. Es la mente humana objetivada con la ayuda de la naturaleza. O es la naturaleza moldeada por el hombre. Por eso cuando alguien rompe uno de estos objetos, suele justificarse diciendo que ha roto una cosa. Una cosa que es la vez el hombre objetivado, al parecer cosificado, hecho cosa, evidenciado a través de una cosa, pero no cosa pura, naturaleza pura. Y quien la compra obviamente está inserto en el mundo de las mercancías y para obtener el dinero con el que esa cosa compra, tiene que haberse primero objetivado en otras cosas o animales a los que cría, los debe haber vendido y mediante esa mercancía universal que es el dinero se enfrentan a los individuos objetivados en las cosas que los demás venden. Por eso, no diremos exactamente que la naturaleza aporta todo lo que podemos ver, porque lo tangible es ya naturaleza transformada por el hombre. Y si un televisor transmite imágenes de lo que en este momento sucede en un continente hasta otro continente, o si existen cámaras que nos permiten ver lo que hace un satélite espacial a muchos miles o millones de kilómetros de la tierra, esa capacidad lo da de manera exclusiva el hombre. La naturaleza solamente pone aquello que sirve de soporte, o envase. Nada más. Si un teléfono celular ayuda a recibir la voz de una persona y transforma en un lenguaje numérico, o sea digital, y lo transporta de ese modo por muy largo que sea el camino. Y cuando el receptor presiona una tecla para escuchar la llamada y su equipo celular transforma esos números nuevamente en la voz que salió del emisor, todas las potencialidades de estos objetos los ha puesto el hombre con su inteligencia, mediante un largo proceso de enseñanza—aprendizaje que es la educación.

De este modo, unos trozos de naturaleza —que por sí mismos solamente cuestan lo que se ha invertido en extraerlos y transportarlos—, se convierten en objetos con posibilidades que parecen ser fruto de la magia o milagro, la verdadera magia o milagro es la capacidad humana, la mente habilitada mediante la Educación.

L
os conocimientos, las habilidades, las destrezas son producto de la Educación. Claro que cuando hablamos de educación, hay que aclarar que todo el mundo educa. Porque no solamente las instituciones formales educan. Educa también la familia, el grupo de amigos, el vecindario, la iglesia, el servicio militar. Sin proponérnoslo todos somos educadores.

Pero ¿qué clase de educación imparte quien no tiene título profesional de educador y, finalmente, ningún título profesional? Transmite los conocimientos y la cultura de su colectividad. Vale decir, transmite los hábitos, actitudes, lenguaje articulado y gestual, mitos, leyendas, conocimientos climatológicos, modos de relacionarse con las demás personas, con las autoridades. Transmite la cultura popular. Esta cultura popular crea un ambiente muy especial que sirve como trasfondo o 
back ground, sobre el que se desarrolla la educación formal. Pero no alcanza para producir objetos tan extraordinarios como los que hemos señalado.

Cada vez que uno ve en el mercado un objeto cualquiera hay que recordar que esos objetos pueden venderse y comprarse porque son útiles. No todos los objetos útiles son iguales entre sí, por el simple hecho de ser útiles. Sabemos que no es así. Cuando vamos de compras o simplemente a curiosear, tratamos de informarnos cuáles de ellos son los mejores. Tenemos siempre la idea de que entre los objetos que cumplen la misma función unos son mejores que otros. Además nos damos cuenta que cada día aparecen en los hipermercados objetos más bellos, de mejor calidad y muchas veces nos quedamos con la angustia de no poder comprarlos. Cuando el dinero no alcanza compramos alguno de los que no cuestan muy caro y nos quedamos con la angustia de no haber podido comprar el mejor. Y si compramos el mejor entonces no solamente sentimos satisfacción, sino que incluso hacemos alguna ostentación ante los que no tienen dinero como para comprar uno igual. Pero lo que nosotros rara vez nos ponemos a pensar es cómo, de qué manera, los que los producen han podido hacerlo. Simplemente nos conformamos con pensar o decir que estos maravillosos objetos lo han hecho las grandes empresas. O sea que sin darnos cuenta estamos personificando a las instituciones, vale decir las vemos como personas y simultáneamente obviamos a las personas naturales. Al pensar así, curiosamente pasamos por alto el hecho de que las grandes corporaciones, las grandes industrias están compuestas por seres humanos y quienes realmente hicieron esos a veces codiciados objetos son seres humanos reales, personas de carne y hueso. Para poder hacer esos objetos obviamente tienen un entrenamiento especial. Han sido 
capacitados para hacerlos. Han tenido que aprender hasta tener la posibilidad de producirlos. Ese aprendizaje significa que alguien hizo el papel de profesor mientras ellos cumplían el rol de alumnos. Entre quienes participan en el proceso productivo de esos maravillosos objetos intervienen cadenas generalmente muy largas de personas, algo de lo que nosotros ni siquiera atinamos a imaginar. Podemos pensar en los que usan las manos. Podemos imaginar muchas manos trabajando. Pero antes que se empleen las manos están los que ponen la mente, la teoría, el conocimiento. Aunque la tendencia es a que las manos que hagan los objetos sean las de los robots, porque el hombre tiende cada vez más a reemplazar el uso de las manos por el uso de la mente. Esto sucede, por supuesto, ahí donde la educación sirve para eso, para capacitar la mente no solamente para deletrear algunas palabras o saber firmar — -como se decía antes— sino para producir. La mente humana ha descubierto las leyes de la Física. También descubrió y hace avanzar la matemática, así como la química y demás ciencias. Esto sucede en los países donde la educación está orientada a capacitar a la gente para asimilar conocimiento y para aplicar esos conocimientos a la economía y también para producir más conocimientos. ¿Nuestra educación tiene esas características? ¿En qué se parece nuestra Educación a esa clase de educación? O, ¿en qué se diferencia? ¿Qué enseñamos los maestros del Perú? ¿Qué clase de preparación nos dieron nuestros catedráticos en las universidades o nuestros profesores en los institutos? Y ¿en qué nos capacitaron los que dijeron que nos estaban capacitando, por ejemplo, a través de PLANCAD? ¿Nos mentalizaron para pensar como profesores que deben enseñar a investigar, o incrementar nuestros conocimientos? ¿Dedicaron siquiera algún tiempo en hacernos pensar en cómo progresa el mundo? O ¿es que distrajeron nuestro tiempo simplemente en hacernos jugar a la ronda como si los maestros fuésemos niños en edad preescolar y con un cerebro todavía pre lógico? No enseñaron a dialogar, a leer, o ¿nos dijeron que lo único que interesa es la “práctica”, que hay que sentir vergüenza por la capacidad que nos ha dado la naturaleza al haber preparado nuestro cerebro para crear símbolos y transformar los conocimientos en palabras gramaticalmente ordenadas para intercomunicarnos mediante ese proceso que se conoce como socialización? ¿Nos enseñaron a pensar en la clase de socialización que es la Educación?

La Educación debe servir para hacer pensar. Pensar es otra gimnasia que necesita el cerebro para que no se atrofie. Porque el cerebro también se atrofia si es que no funciona. La calidad y cantidad de pensamientos que nos habituamos a tener alcanza un techo. Si amarramos nuestra mente y no la liberamos no va a crecer, el techo puede ser muy bajo. Nada existe en la naturaleza por gusto. Si no caminamos nos descalcificamos, sufrimos de osteoporosis. Nuestros huesos se vuelven frágiles y se pueden quebrar en cualquier circunstancia, porque nuestros huesos están diseñados para que actúen como respuesta a la ley de la gravedad. Si lo dejamos por mucho tiempo en reposo vamos perdiendo calcio sistemáticamente hasta que puede sobrevenir la osteoporosis. Una mala educación nos limita en el ejercicio físico y sobre todo nos limita en el ejercicio de la mente y lo más grave es creer que algunas dinámicas físicas cumplen su papel en lo físico y reemplazan exitosamente a las dinámicas mentales. Así como hay atletas que superan en salto alto las dos metros veinte, así también hay científicos que han hecho posible que los hombres salten hasta las estrellas, mientras en otros contextos se limita a formar a la gente para que siga trabajando con la hoz y el martillo o con el pico y la pala, o bien con la 
chaquitaclla.

La educación es funcional a cada época histórica. En la antigüedad los nobles se educaban para ser los mejores guerreros. Algunos como Alejandro Magno, tenía además una visión del mundo heredado de Aristóteles, su maestro. Si eran débiles y poco visionarios fácilmente podían perder el reino. En otro momento bastaba ser un buen artesano. Incluso en pleno siglo XX en el Perú bastaba saber comprar en las tiendas de los mayoristas algunos objetos, pararse a ofrecerlos al detalle en las puertas de las grandes tiendas o de los supermercados, pero ahora, desde que se implementaron los hipermercados, ese conocimiento es inútil, porque los hipermercados son más competitivos en cuanto a calidad, presentación, precio, confort, relax y seguridad, mientras que a la informalidad le rodeaba un ambiente tenso.

La educación debe tomar en cuenta las tendencias sociales, culturales, económicas, científicas y tecnológicas de cada momento de la historia. No es suficiente proponer la educación asociada al trabajo si es que no se sabe cómo es el trabajo y la economía en una época histórica determinada.

Hay que analizar cómo aparecieron las herramientas que se utilizan para producir los demás objetos. ¿Los dio la naturaleza? ¿Los hizo el hombre? Si el hombre los hizo, ¿cómo los hizo, de qué manera, que materiales primas usó y a parte de sus manos qué otros elementos empleó? ¿Bastaba tener conocimientos artesanales para hacerlo? ¿Necesitaba haberse formado simplemente en un CENECAPE1? ¿Exigía una formación propia de las universidades? ¿De qué clase de universidades? En el Perú, ¿formamos profesionales para producir teléfonos celulares, automóviles, tractores, satélites espaciales, computadoras?

¿Formamos profesionales capaces de producir esos objetos? Si las instituciones creadas para formar profesionales no producen esa clase de profesionales, ¿existe alguna otra institución que los forme aquí en el Perú? ¿Es nuestra educación igual, parecida o de la misma calidad que la educación que se imparte en los países que producen tecnología de punta? ¿Qué tipo de educación se necesita para producir esos objetos tan complejos? Desde que surgió la revolución industrial, los países que luego se conocieron como industrializados orientaron sus universidades para que tengan la competencia de formar expertos en producir objetos propios de la industria. Y la educación previa a la universitaria es de una estándar tal que puede eslabonarse fácilmente con la educación universitaria. Los norteamericanos en el 2005 hicieron un experimento: colisionar una nave espacial con un cometa. Esa nave espacial se desplazaba a una velocidad de 37,000 kilómetros hora. ¿Qué clase de conocimientos se necesita para producir esas sofisticadas naves espaciales? ¿De dónde salieron los profesionales que producen esas naves? Fueron formados por las universidades, pero ¿por las nuestras? ¿O como las nuestras? Y, al ingresar a las universidades que les dotaron de las competencias que tienen, estudiaron primero en colegios, pero ¿no como los nuestros? Nosotros también producimos herramientas, es cierto. Producimos picos y palas, por ejemplo. ¿Qué tienen en común un pico o pala con un tractor? Sirven para las labores agrícolas y los tres han sido producidos por el ser humanos y para eso se ha invertido conocimiento. Para hacer el pico y la pala el hombre debía tener cuando menos la cultura del hombre de la Edad de Hierro. Pero para producir tractores computarizados el conocimiento tiene que ser cualitativamente superior, muy superior. Sin educación aunque sea informal, el primer ser humano que descubrió el hierro no hubiese trasmitido ese conocimiento a las generaciones futuras. Pero para producir el tractor se necesitan no solamente hornos más complejos, sino el dominio de la matemática y de la física moderna. Esos conocimientos los da la Educación formal. Como se advierte claramente, una cosa es educar para producir picos y palas y otra es hacerlo para producir tractores. Y más diferente es todavía producir tractores que llevan componentes digitales, vale, decir elementos electrónicos del tipo de las computadoras. Para decirlo de otro modo, existe una distancia histórica muy considerable entre la Edad de Hierro y la Revolución Industrial. Y de esta revolución a la revolución digital existe otra etapa histórica. Y a propósito 
¿estamos pensando en qué estado se encuentra nuestra educación? ¿Qué clase de conocimientos trasmitimos mediante la educación? ¿Formamos para ser productores de la Revolución Industrial o de la Edad de Hierro? Si ya produjésemos de acuerdo a la revolución industrial está claro que nos faltaría una etapa histórica para ingresar a la revolución digital. ¿Hemos llegado cuando menos a la revolución industrial que ya tiene más de dos siglos, o nos hemos quedado en la Edad de Hierro que tiene miles de años de antigüedad? Consumimos objetos modernos, ¿pero también los producimos? ¿Formamos profesionales para elaborar esos productos modernos? ¿Nuestra educación está a la altura de la educación de avanzada mundial? ¿O es que en la práctica nos hemos quedado casi en la Edad de Hierro? Recordemos que entre ambas maneras de producir existen miles de años de distancia. Porque suele existir un grave error, creer que estamos en una Era determinada de la historia tomando en cuenta lo que consumimos, cuando el verdadero criterio debe partir de lo que producimos. Mejor dicho con qué clase de conocimientos producimos. Nuestra educación en qué estado de evolución se encuentra, ¿qué enseñamos a producir?

Si hay que tomar en cuenta el estado histórico de los objetos que consumimos, que sirva para comparar qué tipo de educación compramos en los objetos que compramos y qué clase de educación vendemos a través de las mercancías que exportamos. Esto es fundamental. Es algo que no se entiende en nuestro país, como tampoco se entiende en los países vecinos, en Ecuador y peor aún en Bolivia.

Cuando compramos un televisor ¿qué compramos? ¿Compramos plásticos? ¿Compramos piececitas de cobre? ¿Compramos algunos tornillos de hierro? ¿Qué es lo que compramos realmente? Compramos conocimiento. Eso es lo que compramos. Mejor dicho las potencias nos venden su educación introyectada en sus mercancías. Y el grado de desarrollo de la educación es inversamente proporcional a la cantidad de naturaleza que se invierte; cuanto más componente mental encierran los productos, menos materia prima se invierte en ellos. Como bien lo indica la propaganda de una marca de televisores, los antiguos eran grandes, toscos y muy pesados. Estos televisores se han ido reduciendo en espesor y peso hasta convertirse en una pantalla plana. En esa pantalla plana en que se reduce el televisor hay cada vez mucho menos materia prima, pero más componente mental. La tendencia es a que la materia prima se reduzca prácticamente a la nada. Y ¿con qué se reemplaza esa materia prima que se deja de usar para que el televisor exista? Se lo sustituye con conocimiento, o sea con derivados de la educación. La tendencia de la industria moderna es a la sustitución casi total de las materias primas por el conocimiento. Dicho de otro modo, la naturaleza cede su lugar al conocimiento, a los derivados de la educación. El ejemplo más extraordinario es la nanotecnología, esa industria que consiste en producir máquinas microscópicas (como las que se usan para realizar operaciones quirúrgicas dentro del cuerpo humano, sin necesidad de abrir heridas). Estas máquinas forman parte de la 
nanotecnología y no miden ni siquiera un milímetro, sino millonésimas de milímetro.

Aquí en Perú, nuestro país, como en Bolivia, exhibimos como mayor orgullo las materias primas que existen en el suelo o subsuelo de nuestros territorios. Mostramos lo que la naturaleza ha hecho por nosotros, pero ¿tenemos algo maravilloso que hayamos hecho los hombres a favor de de la naturaleza y de nuestra economías? Para decirlo de otra manera, mostramos la obra de la naturaleza, riqueza de la que nos apropiamos por vivir en estos territorios. ¿Cuándo estaremos preparados para mostrar las maravillas que somos capaces de producir? ¿Cuándo estaremos preparados para sustituir la vanidad que mostramos al hablar de la riqueza que nos ha legado la naturaleza por la que produzca nuestra mente? Estamos mentalizados para privilegiar una economía parasitaria. ¿Y si la naturaleza no nos hubiese dejado nada o mucho menos de lo que nos ha legado qué haríamos para vivir? ¿Y qué haremos si la herencia de la Madre Naturaleza se acaba? ¿Qué harán, por ejemplo, los países árabes cuando se les acabe el petróleo? ¿Qué hará Venezuela?

Esta mentalidad forma parte de una cultura que fomenta el inmovilismo, inflama la imaginación, la esperanza en soluciones milagrosas o mágicas. Y de paso fomenta el ocio, la pobreza y la pérdida de la autoestima. No se ve la riqueza en las potencialidades del hombre, sino que se despierta la ambición por los tesoros escondidos que se expresan en tantos mitos. Este imaginario coincide con la de algún personaje famoso de la televisión peruana que aparentaba ante el mundo poseer una riqueza inagotable, nietas bien establecidas en Miami, pero hijos sin trabajo conocido, hasta que él murió y los hijos quedaron en la indigencia porque no se habían preparado para vivir de su trabajo. Así se fomenta una idea falsa, aquella de la herencia inagotable. Luego cuando la fortuna se acaba, o cuando el árbol genealógico se extiende y la herencia tiene que dividirse cada vez en mayor número de herederos, la parte alícuota, o sea aquella que corresponda a cada individuo, resulta insignificante. Si miramos el conjunto la suma puede parecer extraordinaria. Perú exportó en minerales entre junio del 2004 y junio del 2005 la cifra récord de unos seis mil millones de dólares. Traducidos a nuevos soles representa alrededor de 20 mil millones. De esta manera si nuestro país tuviera 20 millones de habitantes le correspondería aproximadamente mil soles anuales, cerca de noventa soles mensuales a cada habitante. Pero Perú no tiene 20 millones de peruanos sino cerca de treinta millones, de manera que lo que correspondería a cada habitante seria un tercio menos, o sea algo así como sesenta soles mensuales. Esta cifra sería real, sin embargo, si los costos de extracción de los minerales fuesen igual a cero. Si nadie gastara en las carreteras de acceso hasta las minas. Si el coste de las máquinas con las que se explotan los minerales fuese también igual a cero soles. Si no costaran nada las viviendas donde habitan los trabajadores mineros. Si las empresas que explotan las minas no gastaran en escuelas o en hospitales y si los trabajadores trabajaran gratis. Además si los capitales fuesen nuestros o si fueran prestados sin pagar intereses.

Es obvio que con criterio nacionalista desearíamos que todo fuera diferente, que nuestro Estado fuera poderoso, que tuviera recursos adecuados como para que pudiese explotar nuestros recursos naturales, sin necesidad de recurrir a la empresa privada y menos a las multinacionales. Que desapareciera para siempre el pedido de que inviertan en nuestro país los empresarios extranjeros. Y que los gobernantes fuesen de lo más competentes y honrados, que las empresas públicas produjeran ganancias y no las pérdidas que produjeron en las décadas pasadas. Y para lograr estos objetivos nuestros gobernantes deberían ser intelectual y éticamente de los más competentes, que fueran capaces de emplear los conocimientos más avanzados que existen en el planeta. Sería deseable que los contratos con las empresas extranjeras fueran las más convenientes al país; y que los mayores ingresos fiscales por concepto de la exportación de minerales sirvieran para mejorar la salud del pueblo y relanzar la educación con un nuevo criterio, con aquel que permitiera que nuestro país fuese también productor y exportador de intangibles, o sea de conocimiento, que es un derivado de la educación. Claro todo eso sería deseable, pero lo que nosotros queremos que suceda no existe en la realidad. No podemos confundir deseos con realidades. Y si queremos que cambie en el futuro, necesitamos saber cómo hacerlo, mejor dicho necesitamos de conocimientos que ahora la población no tiene. Que estos conocimientos no solamente lo tuvieran un reducido número de personas, que no fuera patrimonio de las élites sino de dominio más amplio. Mejor dicho necesitamos de una nueva educación. No solamente diferente en valores como ahora se insiste sino en ciencia y tecnología. Porque si bien quizá siempre existan delincuentes de cuello y corbata, cuando menos necesitamos un pueblo educado de diferente manera, que sepa actuar con conocimiento. Que sepa usar el corazón, pero también el cerebro. Repito, necesitamos de una nueva educación. Países como Corea, o los llamados Tigres Asiáticos, fueron tan pobres como el nuestro y ahora sus destinos son diferentes. China Popular, en estos momentos camina a pasos agigantados a convertirse en la primera potencia no solamente comercial del mundo, sino también industrial. No es cierto que sus precios son competitivos solamente por la mano de obra barata, sino que paralelamente inyectan conocimiento de última generación a sus productos. Su éxito depende del conocimiento y el conocimiento es un derivado de la educación. Es imprescindible saber cómo actuar. Cómo resolver problemas, cómo salir de la pobreza, cómo afrontar dificultades. Es imprescindible tener una nueva educación que no solamente sirva para hacer cantar a los niños, para fomentar las rupestres dinámicas y para esperar que por arte de magia o milagro tengamos la lucidez necesaria para afrontar los grandes retos que nos plantea la Historia.

L
as materias primas son eso, materias primas, o sea naturaleza, cuya verdadera importancia va a depender de qué hagamos con ellas, en qué productos acabados los transformemos, qué tipo de conocimiento les inyectemos. ¿Seguimos pensando en la magia de resolver nuestros problemas económicos inyectándoles cero conocimiento? Con eso solamente estamos justificando el tipo de educación que tenemos. Aquella que nos induce a suponer que somos mendigos sentados en un imaginario banco de oro.

Por la década de los sesenta del siglo pasado estaba de moda quejarse contra el imperialismo., porque según decíamos se llevaban toneladas de minerales por insignificantes sumas de dinero y nos lo devolvían ya industrializados pequeños trocitos de nuestros minerales a precios caros. ¿Por qué no decíamos que a esas materias primas, a esos insumos le habían inyectado conocimiento y que estábamos comprando conocimiento introducido en pequeñas porciones de los minerales que vendimos?

Estas preguntas no van contra algo que es obvio, valorar y cuidar nuestras materias primas. La crítica va contra esa cultura parasitaria de pretender vivir exclusiva o fundamentalmente de recursos naturales. El propio término lo dice, son 
recursos naturales. El problema está en qué hacer con ellos. ¿Venderlos? Su precio obviamente será el que corresponde a las materias primas y en todo caso su precio está fijado por las leyes de la oferta y la demanda. En este caso, mientras el progreso científico determina que entre cada objeto se utilice cada vez menos materias primas, por otra parte, con la presencia de China en la industria mundial, la demanda crecerá. Pero no crecerá de manera absoluta, porque no hay que perder de vista que el conocimiento tiende inevitablemente a ocupar el espacio de la materias primas, de manera que el mismo objeto, pero más perfeccionado requiere de menos de cantidad de materia prima.

El conocimiento incide en la revalorización de las materias primas, en el contexto actual y probablemente en el futuro se irá acentuando, al ritmo de las innovaciones tecnológicas. Cada vez que se producen progresos tecnológicos y unos artefactos quedan desfasados, entonces se hace necesario más materia prima para seguir produciendo los objetos que reemplazan a los obsoletos y aquellos nuevos productos que aparecen en el mercado. En este aspecto, la tendencia a la diversificación parece infinita. Por tanto, aun cuando el conocimiento reemplaza exitosamente a las materias primas, éstas se vuelven necesarias como recipiente de las nuevas invenciones. Esta tendencia incide también en la proliferación de basura, como desechos de los productos industriales que caen en desuso, salvo que se establezca el reciclaje masivo. ¿Hasta qué punto, para evitar problemas ecológicos progresarán las tecnologías relativas al reciclaje de los objetos ya convertidos, repentinamente en basura?

El caso es que la competencia empresarial genera una tendencia compulsiva hacia la innovación, la cual se expresa no solamente como el sobredimensionamiento de las capacidades de lo inventado sino en la diversificación o sustitución. Así vimos como el 
betamax fue reemplazado por el VH, luego éste por el DVD, pero de ninguna manera las tendencias terminarán ahí. Mejor dicho no se anuncia un fin de la historia en esta guerra tecnológica. Y salvo las mentes incautas o ideologizadas afirmarán que las innovaciones son innecesarias, que de lo que se trata es simplemente de fomentar el consumismo. Si ese fuera el propósito de los empresarios, los consumidores no tendrían por qué someterse a ese juego. Lo que sucede es que cada innovación genera nuevas capacidades tecnológicas de los que los usuarios quieres disponer, sea que se aplique a fines simplemente lúdicos, a objetivos científicos, académicos o tecnológicos.

Las innovaciones en términos de 
software y hardware, según la ley de Moore, se producen exponencialmente2. Esto trae como consecuencia que así como se avanza hacia la nanotecnología, o sea hacia la minimización absoluta en el uso de materias primas debido a la sustitución del ingrediente naturaleza por el conocimiento, fruto de la educación, la exponencialidad en el progreso tecnológico, trae como consecuencia la obsolescencia vertiginosa de los objetos de manera que, como consecuencia se producen dos hechos: a) mayor demanda de materias primas y b) incremento del cementerio de los desechos tecnológicos, con sus consecuencias medioambientales.

Esta tendencia implica que el precio de las exportaciones de los minerales crezca de manera considerable, permitiendo que por primera vez las exportaciones se duplicaran en una gestión gubernamental, entre el 2004 y el 2005, aunque en este caso, no se debió a que se doblara el volumen de la demanda sino sobre todo por el incremento de los precios, pero la variable precios estuvo determinada por la variable demanda.

Sin embargo hay que diferenciar el valor que el conocimiento agrega al introyectarse en el producto, al convertirse en el alma los productos y la otra, los efectos repotenciadores de precio al incrementar la demanda. Pero, en todo caso, el incremento de la demanda está determinado por las innovaciones tecnológicas, o sea por el conocimiento; y esta variable está inevitablemente asociada a la variable educación, independientemente de que esta educación se administre de manera privada o pública, por empresas directamente relacionadas con la educación o con la producción.

Los educadores no solamente debemos sentir orgullo de la naturaleza de nuestro territorio sino —sobre todo— de nuestro trabajo, de las posibilidades que tenemos de competir sanamente con la naturaleza, o de aliarnos con ella. Porque el conocimiento que transforma y —en cierto modo— reemplaza a las materias primas es un derivado de la educación. La educación crea conocimiento y éste apuntala el desarrollo de la educación. Ambos como aliados de la economía. Y la economía como una de las variables del bienestar humano.

Para decirlo de otro modo, la economía tiende a depender —de modo creciente— del conocimiento. Esta es la mercancía de moda y lo seguirá siendo, con tendencia creciente. Los países que venden más conocimiento son más ricos. En el siglo XX se consideraba como el magnate representativo de la economía norteamericana a Rockefeller, cuya fortuna dependía del petróleo. Incluso a mediados de los 70 del siglo pasado los magnates más grandes del mundo estaban vinculados a la propiedad de grandes pozos petroleros. En la actualidad, luego de la invasión Norteamérica a Irak, el mundo ha tomado conciencia que el petróleo es un recurso natural que pronto se agotará y en tal circunstancia puede multiplicar su precio o crecer en mayor medida, mejorando la posición económica de los empresarios del petróleo3. Pero esto tocará su fin. Por el momento de la fortuna personal más grande, correspondiente en los sesenta a Rockefeller, hemos pasado a la fortuna de un empresario norteamericano aún joven, cuyo nombre es Bill Gates, vinculado a la producción de 
Software, o sea de conocimiento. Para lo cual utiliza como principal herramienta su cerebro dotado de capacidad creativa.

Considerando las premisas antes planteadas, necesitamos diferenciar entre medios y fines en el proceso educativo. Si bien el fin último es el bienestar humano, existe un fin intermedio que debe establecerse si es la Pedagogía o el conocimiento.

Por el énfasis que siempre suele ponerse entre los educadores pareciera que el fin es la Pedagogía, o sea la técnica de cómo enseñar, más no los resultados de ese proceso. Los educadores nos hemos pasado la vida hablando de Pedagogía como si fuese la meta final y al tocar este tema, nos hemos reducido a un fin instrumentalista.

Es imprescindible reorientar la Pedagogía hacia la búsqueda incesante de conocimientos de punta y no pedagogía por la pedagogía. Así como ha existido un conocimiento funcional a los estados imperiales de la antigüedad que privilegiaba la fuerza del guerrero, en la actualidad la Educación debe estar orientada a la búsqueda del conocimiento acorde a los estándares internacionales. Esto implica que los maestros formados tanto en los institutos pedagógicos como en las universidades para transmitir conocimientos válidos en una sociedad agropecuario—artesanal se mentalicen para formar estudiantes capaces de resolver problemas en un mundo tecnológico cuyo entorno es el 
software. Esto implica entender primero de qué estamos hablando. Porque cuando usualmente hablamos con profesores, la primera reacción es pensar en las cabinas de Internet o en las computadoras domésticas y suponer que se les obliga a comprar alguna PC. No se trata de eso. Es importante que los educadores entiendan que el computador sirve no solamente para redactar textos, sino para realizar planos, organizar bibliotecas, realizar cálculos estadísticos y matemáticos en general, aprender idiomas, para la investigación científica, la producción de los objetos más sofisticados, vuelos espaciales, ingeniería genética, fábrica de aviones, armas de guerra, automóviles, hornos digitales, micro y mega máquinas, industria del entretenimiento, agricultura y ganadería y prácticamente para todas las actividades de la vida puesto que hoy el software es un entorno básico incluso en los juguetes más elementales. Ha llegado momento en que para ganarse la vida como simple técnico, el que no entienda sobre este nuevo y absorbente entorno quedará excluido y, por tanto, desempleado. Y quien quiera diseñar o producir a la manera tradicional no podrá competir en calidad o, en todo caso, empleará un tiempo mucho mayor al promedio y, por tanto, sus costos serán tan grandes que venderá sus servicios a precios muy caros, o en todo caso, utilizando más del tiempo necesario, cobrará precios muy exiguos, condenándose a vivir en la indigencia. Pero finalmente, debemos tener una visión clara: No existe hoy objeto pequeño o grande, incluso juguetes, que no lleven internamente un microprocesador, con su correspondiente software. ¿Estamos preparados para participar en este tipo de producción? ¿Está orientada nuestra educación para afrontar estos retos?

Los países que tienen la capacidad para producir estos prodigios han diseñado su educación para que su población tenga la capacidad de producirlos.

En Perú la economía está orientada a la extracción de minerales, a la deforestación de la selva, a la pesca. En suma, nuestra economía depende de lo que produce la naturaleza, no el hombre. Se trata de una economía parasitaria, al igual que Venezuela y los países árabes que viven de la extracción y venta de petróleo, o sea de la explotación de la naturaleza y no de la capacidad creativa de la gente.

La solución correcta sería aprovechar racionalmente los recursos naturales, pero no depender tan extraordinariamente de ellos. Hemos visto ya que el vender un objeto tan simple aparentemente, como un teléfono celular, el país que lo produce está vendiendo conocimiento, el transforma insignificantes cantidades de materias primas para construir un objeto que puede costar cientos o miles de dólares. Cuando vendemos conocimientos inserto en los objetos estamos generando trabajo, a la vez que estamos potenciando la capacidad de la gente y potenciando también su capacidad adquisitiva. Depender de los recursos mineros como sucede históricamente en la república peruana, depender de las regalías que nos dejan las empresas extractoras de esos recursos es consecuencia de una inadecuada educación.


Notas
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1 Institución educación pre universitaria, de mando medio.
2 Cf. Bill Gates: 
Camino al futuro. McGRAW-HILL. Segunda Edición Internacional, 1997.
3 Según Rifkin, el fin de la era del petróleo podría llegar dentro de unas tres décadas, cuando este recurso fósil se agote. Cf. Jeremy Rifkin: 
La economía del hidrógeno. La creación de la red energética mundial y la redistribución del poder en la tierra. Piados Estado y Sociedad 102. Barcelona, 2002.

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