jueves, 6 de diciembre de 2012

DE LA SANTA TIERRA A LA TIERRA SANTA - SEGUNDA PARTE


(CONTINUACIÒN)
Escribe  Walter A. Vidal

Nazaret

Luego de un desayuno suculento en el hotel, salimos a recorrer la ciudad de Nazaret; en el ómnibus, el guía nos recuerda que aquí el ángel Gabriel anunció a María que concebiría un hijo, y aquí también Jesús pasó su niñez junto a sus padres cuando Nazaret estaba poblada solamente por judíos; hoy está sembrado de muchísimos monasterios, conventos, iglesias, hospitales y albergues administrados por las distintas confesiones religiosas. 



Iniciamos  nuestro recorrido por el Monte de las Bienaventuranzas, para lo cual regresamos un poco hacia el norte a Sefat. En el Monte de las Bienaventuranzas visitamos la capilla (iglesia) que guarda el recuerdo del Sermón de la Montaña (Tabgha), aquí Jesús multiplicó los panes y los peces para la muchedumbre. ¡Qué lugar tan bello Dios! con vista espectacular al Mar de Galilea; a la sombra de unos frondosos árboles el P. Reátegui celebra la misa. 







Después de alimentar nuestro espíritu bajamos a Cafarnaum, donde visitamos la Casa de Pedro y nos embarcamos al Mar de Galilea por el lugar donde se realizó la Pesca Milagrosa. Saliendo del barquito nos encaminamos al río Jordán; en su orilla (Yardenit, una tienda-restaurante y alojamiento judío) muchos confirmaron sus votos bautismales sumergiéndose al agua. Después del baño emprendemos el retorno al hotel para cenar y descansar. Fue un día incontrastable.




El río Jordán

Al día siguiente salimos temprano a Caná, donde Jesús hizo su primer milagro; vemos dos iglesias, una griego-ortodoxa y otra franciscana, llamada del Milagro. El guía nos informa que, al realizar excavaciones hallaron una inscripción en arameo, que demuestra que esta iglesia (del Milagro), construida en 1879 sobre las ruinas de un santuario del siglo VI, está en el lugar donde estaba la sinagoga de la aldea Caná de Galilea; en la cripta vemos un cántaro que, se cree, es una copia antigua de las seis jarras originales (que Jesús usó para su milagro en el contexto histórico de una boda).





Antes del medio día, regresamos a Nazaret para visitar la Basílica de la Anunciación, la Carpintería y la Fuente de María, a la que la Virgen acudía diario para sacar agua. La Basílica de la Anunciación, construida en el lugar donde el Ángel se apareció ante María,  imponente por su belleza y su Gruta interna, es un sagrado portento histórico. Su construcción (de la actual) recién fue terminada en 1969, siendo ésta la quinta iglesia construida encima de cuatro anteriores cuyos restos aun se pueden apreciar debajo. 

Basílica de la Anunciación, en Nazaret




Boquiabiertos todavía, de paso por Naim, visitamos el Monte de Tabor, en el interior de Galilea. La naturaleza aquí hizo mucho por la belleza del lugar; en su cumbre está la iglesia de la Transfiguración, desde donde se divisa el bello panorama de toda Galilea baja, al ocultarse el sol. Bajamos lentamente para incorporarnos a “nuestro” carro y regresar al hotel. Antes de acostarnos, cumpliendo la indicación del guía, alistamos maletas para madrugar al día siguiente.




Nos despedimos de Galilea

Después del desayuno, con nuestras maletas en las manos, desfilamos a “nuestro” carro, rumbo a Beit Sheán. Continuaremos –anota nuestro guía- por el valle del Jordán hasta Jericó, para bajar a la zona más baja del mundo y flotar en las aguas saladas del Mar Muerto; pasaremos por la posada del buen Samaritano y, al anochecer, entraremos a la ciudad de Jerusalén, donde nos alojaremos. Son días muy intensos los que estamos viviendo, comentamos en el carro; “nada comparable todavía con los que les tocará vivir mañana en Jerusalén”, acota el guía.

En Beit Sheán, una de las decápolis grego-romanas más grandes y mejor conservadas, observamos vestigios de una “habitación” de hace 4,000 aC.  En Jericó, la “Ciudad de las Palmeras”, tal vez la más antigua del mundo,  que “cayó –dice la Biblia- al sonar las trompetas de Josué”, mientras los israelitas cruzaban el Jordán (1250 aC), Jesús, camino a Jerusalén, pasó entre la gente que pugnaba por verlo; un señor bajito se subió a un árbol sicomoro (planta morácea). El “pata” se llamaba Zaqueo –acota el guía- y al envejecido árbol o tal vez sea su descendiente podemos todavía verlo, señala. Contemplamos también el manantial que Eliseo purificó con sal. 

Pasado el medio día, después del almuerzo, llegamos al fin a las orillas del Mar Muerto, casi achicharrados con el calor. Sin embargo preferimos la sombra a bajar y meternos al mar. Los que vinieron aprovisionados de ropa de baño, intentan entrar; pero pronto se desaniman y optan por regresarse a la sombra, vemos a personas que están flotando al parecer sin esfuerzo, no sabemos si porque sus pechos y pulmones están repletos de aire o el agua no permite tenerlos muy adentro. Estamos pues en la zona más baja del mundo, el calor nos obliga a subirnos al carro y gozar de su aire acondicionado. El guía indica a su chofer que conduzca a una casa de venta de objetos tallados de diamante; en la inmensa tienda algunos, presionados por el coqueteo de sus parejas, se animan a comprar así sea un objeto pequeñito. Pasamos por la posada del buen Samaritano, y relativamente temprano estamos entrando a Jerusalén. Empujando nuestras maletas, bajamos del carro al hotel (al parecer del mismo grupo económico que encadena a los hoteles anteriores). Apenas nos asignan las habitaciones, metemos nuestras maletas a ella y bajamos al comedor, porque las tripas están vacías (nos recuerda el jugo gástrico).

Jerusalén

Después del suculento desayuno subimos a “nuestro” carro. El guía nos indica que comenzando por el Monte de los Olivos, visitaremos el lugar de la Ascensión, la Gruta del Padre Nuestro, el Huerto de Getsemaní y la basílica de la Agonía. Después visitaremos lugares santos del Monte Sión: la tumba del rey David, el Cenáculo, Basílica de la Dormición y San Pedro en Gallicanto. Al medio día nos encaminaremos hacia Belén en Palestina, donde podremos ver la Gruta del Nacimiento y la Basílica de la Natividad. Ya afuera (extramuros), visitaremos el Campo de los Pastores, y retornaremos al hotel. 


El lugar donde Jesús permaneció más tiempo en Jerusalén, fue sin duda el Monte de los Olivos. Su cima ofrece una hermosa vista panorámica de la Ciudad Santa  y una bella capilla llamada de la Ascensión; en sus laderas del Monte entramos a Getsemaní, donde Jesús se refugió con sus discípulos más fieles antes de ser arrestado, precisamente en este lugar fue donde Judas entregó a Jesús con un beso, como testimonio hay una Gruta llamada de la Traición; la basílica conocida como Iglesia de la Agonía luce jardines llenos de olivos antiquísimos.




En el Monte Sión visitamos la tumba de David, este lugar se conocía con el nombre de Ciudad de David, en la época de Jesús fue trasladado aquí el sepulcro de este rey y se hizo un monumento a él; en 1158 accidentalmente fue descubierta su tumba, y hoy es venerada por judíos, cristianos y musulmanes. Cerca está Gallicantu (canto del gallo), lugar donde estaba situada la casa de Caifás. Dice la Biblia:

                       “Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sión... la ciudad del gran Rey. Salmo 48:2.

(CONTINUARÁ)





jueves, 4 de octubre de 2012

DE LA SANTA TIERRA A LA TIERRA SANTA

Escribe Walter  A. Vidal

 
Hotel de Tel Aviv a orillas del Mediterréneo.


















Con sus inmensos mares, sus inconmensurables desiertos, sus multicolores tierras, llanas o rocosas, con sus montañas con nevados aún perpetuos, nuestro planeta Tierra se ha convertido en una pequeñísima aldea.



 Y todo, gracias a la tecnología de los medios de comunicación y al crecimiento de la riqueza por cierto. Caminar aquellos lugares en menos de un mes, conversando con tus amigos regados en diferentes partes del Mundo, eso es lo que se había llamado globalización. Nos tocó ser testigos de esta bella experiencia.

Aeropuertos de Jorge Chávez - Barajas - Ben Gurión

Espera para abordar el avión de Iberia.
Llegando al suelo español. La crisis económica
se refleja en su aeropuerto de Barajas. Foto: wavita
Sumando el tiempo de permanencia en avión a las largas horas de cautiverio en el segundo aeropuerto (Barajas) en espera del vuelo a Israel, pasaron las primeras 24 horas del viaje. El siguiente tramo de Madrid a Tel Aviv, otro día perdido, entre el avión y el hotel de esta ciudad israelita.

Tel Aviv es una ciudad moderna como Lima, pero se ve un poco más ordenada. La gente que maneja respeta el semáforo, hasta se da el lujo de cederle el pase al peatón. Sus parques, pocos al parecer, están más cuidados porque no se ve perros como en el parque Mochica de Surco, donde hay más excretas que plantas.

Inmediaciones del Marina Hotel en tel Aviv. (wavita)

Salimos a caminar por los alrededores del hotel, y después de sufrir para hacernos entender que queríamos almorzar, con algo en el estómago, nos regresamos a encapsularnos al hotel, cansados de caminar. Aprovechamos el tiempo libre para revisar la historia de Israel.

Israel es un pequeño y angosto país asiático recostado en el Mediterráneo, más o menos del tamaño de nuestro departamento de Ica, pero con mayor densidad poblacional que Perú (15 veces más, aprox.). El 78% de su población es judía, 20% musulmana, los católicos no llegan al 1%. Su economía se basa en el uso intensivo de la tecnología de punta, promovida por capitales externos (electrónica, informática, armas, tallado de diamantes); el segundo renglón de sus ingresos posiblemente sea el turismo. Por bendición de Dios, su subsuelo es pobre, no como el nuestro que está tachonado de oro y plata en su región andina, para maldición nuestra, como afirman algunos economistas. Como nación, nace recién en 1947-48, resultado de la partición de la antigua Palestina; en 1949 fue proclamada como capital la ciudad de Jerusalén. Hoy su capital ipso facto (económico-política) es Tel- Aviv; pero el Kënésset (Asamblea Nacional) proclamó a Jerusalén como capital de Israel. Se llama Tierra Santa este gran pequeño suelo porque aquí (en Belén) nació Jesús, el nazareno o Jesús de Nazaret  (“de Nazaret” porque aquí vivió).


El mar Meditérráneo, desde la parte moderna de Jaffa. (wavita)

Recién, al cuarto día, un bus nos recoge del hotel a las 6.45 a.m, el guía –muy informado de la historia y geografía de su país- en un correcto y fluido español nos dice que nos espera un día agitado y que “pernoctaremos en Nazaret”. Empezamos el recorrido por Jaffa (Jafo o Yafo), un barrio de Tel-Aviv, antiguo puerto y estación de los mercaderes que viajaban por la “Vía Maris” uniendo Mesopotamia con Egipto y el norte de Israel; aquí visitamos la iglesia de San Pedro, el guía cuenta que Pedro estuvo aquí algún tiempo en casa de Simón el Curtidor (entramos). En 1909 muchas familias salieron de este lugar y fundaron la ciudad de Tel-Aviv, hoy metrópolis e importante ciudad cosmopolita de Israel.


Callejuela sin vereda y pulcramente
empedrada (wavita con su hermana). 
                  
Jaffa es el barrio más antiguo de Tel Aviv.  (wavita).




Entrando a Cesárea. A pagar se ha dicho.



Adentro, el  Anfiteatro romano (en Cesárea  del Mar).
Destaca nuestro guía (de sombrero blanco)
Continuando el recorrido por el norte, llegamos a Cesárea Marítima,  fundada por Herodes el Grande en nombre de César Augusto; se aprecia todavía las ruinas de un Anfiteatro romano, el hipódromo, la Fortaleza y el Acueducto; fue residencia de los gobernadores romanos, por cierto también de Poncio Pilatos. En este lugar sucedió la revuelta de los judíos contra los romanos que terminó con la destrucción de Jerusalén y su Templo, también de este lugar fue enviado preso el apóstol Pablo a Tarso, porque como a ciudadano romano le asistía ese derecho de comparecer allá.

Aco, otro puerto en el Mediterráneo.
El pueblo actual, encima de  las ruinas que lo resisten

Continuamos nuestro viaje por Haifa, vistosa ciudad en las laderas del Monte Carmelo, con sus Jardines de Bahai, y un gran templo con una cúpula dorada; es uno de los puertos más modernos de Israel, hace gala de una industria de tecnología avanzada gracias a su Universidad de Haifa; en la cima está el monasterio de los carmelitas edificado sobre los templos de la épocas bizantina y cruzada; cerca del faro Stella Maris (estrella del mar), en el jardín, se encuentra la Cueva de Elías, donde, según la tradición cristiana, habría vivido el profeta.

Otro puerto en el Mediterráneo es Aco (Acre), pequeña ciudad antigua (4 000 años) que floreció básicamente en la época de los cruzados, quienes crearon en estas tierras un reino con su capital Acre, que duró hasta 1 291, hoy yace subterránea conservando aún los enormes aposentos con techos arqueados; aquí visitamos la Sala de los Caballeros, la Mezquita de El Jazzar (llamado “el carnicero”), el muelle de los pescadores y las murallas de la época de los cruzados, de donde se domina el mar Mediterráneo y el Monte Carmelo. Mientras nos paseamos por esta parte de la alta Galilea se fue el día, aunque no el sol. De retorno, por otro camino, llegamos a un valle precioso en la parte sur de Galilea. Aquí está Nazaret. Nos alojamos en un hotel (sit. Monte del Precipicio). Después de una reparadora cena, el cansancio nos empuja a la cama; pero antes de la una de la mañana, el canto del gallo nos despierta con una suavidad que suena familiar. A las cinco de la mañana se vuelve a repetir, esta vez en cadena. Nos hace recordar los amaneceres de nuestra santa tierra. Asomada a la ventana, la vista de un hermoso amanecer nos invita a una fresca contemplación física y espiritual.

Decimos, en nuestro adentro, “recién aquí empieza la Tierra Santa”.

(CONTINUARÁ)


domingo, 26 de agosto de 2012

El MAGISTERIO ESTÁ DE DUELO. HA FALLECIDO WALABONSO RODRÍGUEZ, EL AMAUTA RAIMONDINO


Escribe: Walter A. Vidal Tarazona

Lo que consideras como muerte,
es en realidad la vida
En: El Bhagavad Gita


               La quebrada de Chambara

“Amauta”, grado con el que las Palmas Magisteriales distinguen a los maestros destacados, no debiera ser producto de un expediente, el resultado victorioso de un seguimiento en mesas de parte de la perezosa administración educacional. Debiera tener el sector, como antaño, sus Tukuy rikaq sabios y justicieros.

Por encima de este dolido comentario, el Maestro Walabonso, Ubachu en la intimidad familiar y amical, ha sido es y será siempre un Amauta. Y parafraseando a Julio E. Noriega podríamos decir con orgullo “caminan los amautas andinos”. Walabonso fue uno de los primeros.

Nació en una andina aldea, pequeña y bella, llamada Rarpa, con el canto arrullador de un río que riega su linda tierra de Chambara, de la puqka allpa de Antonio Raimondi. Desde muy tierno dio rienda suelta a su inclinación de maestro, enseñando las primeras letras a los niños y jóvenes del lugar, hasta ser llamado al pueblo de Aczo, distrito de Llamellín, como auxiliar en la escuela primaria que funcionaba del primero al tercer año. Estando trabajando en Uchupata, fue invitado a la ciudad de Huari, capital de la provincia del mismo nombre, para ponerlo frente al cargo de la parte administrativa del sector, donde entró en contacto con el magisterio huarino y también pudo terminar su educación secundaria, hecho que le valió para postular a una beca en la entonces Escuela Normal Superior “Enrique Guzmán y Valle" de la Cantuta.

Ingresó con la nota más alta. Destacó como estudiante de la primera promoción de cantuteños formados en la Escuela, con categoría universitaria. Al terminar, como ordenaba el Reglamento de la Escuela, tuvo que regresar dos años al lugar de procedencia (Huari-distrito de Llamellín). En esos dos años recorrió, con su pedagogía moderna y los conocimientos que da la academia, Chingas, Rahuapampa y otros lugares más, hasta que cumplido el plazo regresó a Lima, a seguir empapándose de nuevos conocimientos, y como había egresado de la Cantuta con la primera nota, fue incorporado a la plana de profesores, cumpliendo la política de la Escuela de seleccionar a docentes jóvenes entre los egresados más brillantes. Walabonso pertenece pues a esa generación institucional formadora de maestros identificados con la doctrina de Walter Peñaloza Ramella, La Cantuta, Alma Máter del magisterio nacional, que hoy está de luto.

Maestro de maestros, Doctor en educación, Walabonso “pertenece a la estirpe de los chaimantas de la Época de Oro de La Cantuta”, como emocionado lo recuerda un discípulo suyo y compañero nuestro de la promoción 1962 y 1963; fue becario Lasspau en Puerto Rico; obtuvo el título de Profesor de Lengua y Literatura, también el de Abogado, que prácticamente no lo ejerció. Fue Decano de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Nacional de Educación y Rector de la misma.

Docente de las escuelas de posgrado de La Cantuta, UNAC, UNMSM, Garcilaso de la Vega, San Juan Bautista. Venía ejerciendo, hasta poco antes de su deceso, la Vicepresidencia Académica de la Universidad de Ciencias y Humanidades.

Incansable y fecundo investigador de la educación y la pedagogía, ha publicado alrededor de tres decenas de libros, tales como Teoría de la Educación, Dirección del Aprendizaje, Tecnología de la Investigación Experimental en Educación,  Pedagogía General, Lecturas pedagógicas, Programación y estrategias metodológicas para escuelas primarias rurales, Acerca de la Ciencia, Didáctica de la Matemática en la Escuela Primaria, Modelos matemáticos y tecnológicos de Educación, El trabajo intelectual universitario, Juventud su formación en valores y creatividad, entre otros muchos trabajos de corte pedagógico.

Fue objeto de numerosas condecoraciones; la última de ellas, el 28 de febrero de este año, en el Congreso de la República, donde recibió la medalla “El Dios Guari de Chavín”, “en mérito a su ejemplo de vida y a su gran aporte al engrandecimiento de nuestra cultura regional y nacional” y fue declarado “Patrimonio Cultural Vivo de Ancash”. Este gesto de reconocimiento se debe a la confianza del Director Regional de Cultura-Ancash en nosotros, los raimondinos.

Pero... este sábado gris limeño, 25 de agosto a las las 7 de la mañana, se apagó su vida terrenal, cuando caminaba con sus 86 años de edad a cuestas. Sus restos todavía se están velando en  la capilla Vírgen de Fátima / Malecón Armendáriz 915, Miraflores, y reposarán definitivamente en el cementerio Campo Fe de Huachipa a partir de las  5 pm del día domingo 26 de agosto de 2012. La muerte lo sorprende cuando empezaba a emprender un nuevo proyecto: escribir, en coproducción, lo que podría denominarse el libro de oro de la provincia Antonio Raimondi, en homenaje a su 50 aniversario como tal.

Los integrantes del Ingreso-1959 de las Promociones Bodas de Oro 1961 y 962 de La Cantuta, y los que hemos emprendido la tarea de escribir ese soñado libro, lo tendremos siempre en nuestros corazones. “Lo conocimos, sencillo, callado, con un talante provinciano que ocultaba una sabiduría que comenzaba a formar, llegó a prodigarnos –lo recuerda así el Presidente de la Asociación de Egresados de esta promoción colega Manuel Valdivia- una confianza que, todavía muy jóvenes, necesitábamos mucho”.

Para nosotros, sus paisanos y discípulos, no ha muerto, está en la Gloria de Dios Padre. Y no ha muerto, Walabonso, porque cuando muere un maestro se abre el camino de su recorrido en la vida, cuando muere un maestro termina de tejerse en el horizonte del tiempo su pensamiento liberador, cuando muere un maestro,  amigos, vive eternamente.

 
         Con Nélida Silva en el Congreso, Lima.





martes, 24 de julio de 2012

Carretera Longitudinal de Conchucos: Cachetada a “Antonio Raimondi” ad portas de su 50 Aniversario como Provincia [2].

Escribe Walter A. Vidal Tarazona


El 14 de julio de este, precisamente, “Año de la Integración Nacional y Reconocimiento de Nuestra Diversidad”,  el excelente, importante e infaltable blog de Nalo Alvarado,  nos alcanza la Nota de Prensa Nº 84-2012/MJJ-CR,  de la reunión de los congresistas Fredy Otárola  y Modesto Julca con los alcaldes provinciales de esta zona de Ancash en el Palacio Legislativo, sobre la “Construcción de la Carretera Longitudinal de Conchucos que integra las provincias de Cátac (sic), Huari, San Luis (sic), Chacas, Mariscal Luzuriaga, Pomabamba, Sihuas, Pallasca y Corongo”, excluyendo a la provincia de Antonio Raimondi, con su capital el antiquísimo pueblo de Llamellín.



la carretera a Llamellín, al parecer una trocha angosta, corre a lo largo del valle del Puchka

A propósito de la “exclusión”, y parafraseando a Fernando Zavater con referencia a la educación, diríase: ¿Qué hacer para que los términos de “inclusión”, “integración”, “solidaridad” dejen de ser un valor de discurso y se conviertan en un valor real, vigente en nuestro Perú?.

Los incas, en el relativamente poco tiempo de gobierno, lograron hacerlo con inclusión e integración nacional. Es que la Educación Incaica tan simple como contundente –ama llulla, ama kella , ama sua- la diseñaron no para el kipu (no conocieron el papel y otras tecnologías de punta) sino para que se ejecute y se evalúe. So pena de muerte. El magnífico libro Los Comentarios Reales de los Incas, escrito obviamente con algo de apasionamiento por el Inca Garcilaso de la Vega,  nos transporta a un país muy distante, diametralmente distinto a este Perú de hoy, que nos duele, y que sin embargo es el mismo suelo y presente de ese otro país que nos muestra Garcilaso. 



Aquicito no más está Llamellín, allí, arribita. Foto de J Terry.
Nuestras autoridades, nacionales y regionales, de hoy y de ayer, nos dicen que su gobierno es/será de “inclusión social” e “integración nacional”. No sé si por “integración” hayan entendido la centralización (diríase reducción colonial en Lima), que ha concentrado ya casi la tercera parte del país en términos de población, causando una supervivencia caótica en las zonas marginales, que siguen creciendo gracias a recursos que se están extrayendo de nuestra serranía, como el agua. La Economía nos dice que los recursos son escasos y pueden desaparecer. Su manipulación por traslado implica alto costo y merma en su calidad natural. Por lo visto, a ningún gobierno se le ha ocurrido –hoy ni en otros periodos gubernamentales-, llevar a la población allá donde abundan los recursos (eso de “llevar” no es para tomarlo al pie de la letra, sino de manera figurada), en lugar de traer recursos a donde está la población, como también opinaba el Amauta  Javier Pulgar Vidal. Los Incas lo hacían, y así mantenían una población integrada y feliz, satisfecha en sus necesidades primarias (el caso de Arequipa[i] es emblemático).

En cuanto a la inclusión, sabemos por constatación no sólo de Garcilaso sino de casi la totalidad de los cronistas que la sabia estrategia de reducción inca consistía en incluir socialmente a toda su población a su reino, principalmente a las poblaciones conquistadas. Esos pueblos eran atendidos con primacía, de modo tal que se sentían incluidos a su Estado Imperial. Recordemos que el valeroso rey chanca Hancohuallu, que cayó prisionero en Yáhuar  Pampa, huyó de los incas, no por un mal trato a él y a su gente, pues el  “Inca le había hecho todo el regalo y buen tratamiento posible, [sino, por] procurar su libertad, desechando cuanto poseía y favorecido como era del Inca”, se va a buscar “nuevas tierras donde poblar y ser señor absoluto o morir”; así, a escondidas, con su gente amiga, se fue por las grandes montañas de los Antis, cruzando un “gran río abajo”. No sé si en su huida, él y su tribu, llegaron hasta Tranca y bajaron por Chocchían buscando cruzar el Marañón.

No sé si esa asonada provocada por los chancas sometidos al poder imperial, hizo que los pobladores llamellínos se pusieran a buen recaudo en las alturas de Yarcán, Pará, Manrish y muchos otros, cuyos restos de sus parajes hoy duermen su sueño eterno en las cimas de aquellos cerros raimondinos, o tal vez  lo hicieron por la presencia de huestes de los incas, o posteriormente, de los españoles “cristianizadores”. No sabemos, pero allí están los restos arqueológicos, callados, esperando que la ciencia algún día les haga hablar de su pasado; deteriorándose, mientras tanto, por falta de una  asistencia adecuada y científica.



Pero la provincia de Antonio Raimondi no sólo es crisol de restos de vivencias milenarias que se han cristalizado en historia y geografía por descifrar, y que constituyen un producto turístico de gran valor. Su tierra colorada, fértil y hermosa es riqueza pujante para la agricultura, todavía en gran parte sin contaminación con fertilizantes sintéticos y pesticidas. Antes, fue el reino del trigo y la papa, hoy del choclo que ha llegado bastante resuelto hasta los mercados de los conos de Lima a abastecer el mercado cholo.

Con mucha razón, D. Bartolomé Ames, Subprefecto de Huari, en 1874, decía: “No hacen más que arañarlos [los suelos llamellinos] para recoger abundantes cosechas ...”; y años después en “El Ande” (Nº 22, º 1931) leemos la siguiente nota referida a una realidad que lamentablemente ha cambiado un tanto, por la falta de caminos y el tratado de libre comercio (TLC) con EE.UU, referido al trigo: “Nuestra producción agrícola i especialmente  la triguera, es ingente i fabulosa, abasteciendo en gran parte los mercados de todo el Callejón de Huaylas, las principales plazas de esta misma provincia [Huari]  y las de Bolognesi y Huamalíes, así como los de las montañas de Monzón, Tazo y Santo Domingo”; sin embargo –añade la nota- el “aislamiento clamoroso en que nos encontramos, sin las facilidades de transporte  rápido a los lugares de consumo” constituye un problema que atrasa el progreso agrícola.

Y a propósito de “El Ande”, este periódico, nacido en 1927 aglutinando la calidad de las magníficas plumas como las de Julio César Pozo, P. Felipe E. Domínguez , Walabonso Vidal (fundador) y otros, fue pionero -en su género y estilo- de las letras conchucanas que tuvo su núcleo de edición en Llamellín (provincia de Huari).

No somos pues los raimondinos los que nos “floreamos”, no; el raimondino nato es humilde, callado y emprendedor. Es gente de afuera que habla de la realidad nuestra; a propósito de la emblemática frase “Ucrania Ancashina”, el Sr.  Senedelfer P. Vallejo, Ingeniero Jefe de la Comisión Agronómica en Ancash (1931), decía: “no he encontrado en ninguna provincia del Perú, un distrito que promete tanto  con respecto a la industria triguera que el hermoso distrito de Llamellín”.

Pero... para nuestros gobernantes, “inclusivos” e “integracionistas”, la provincia de Antonio Raimondi no cuenta. Como tampoco cuenta el “Ama Llulla” incásico.

¿Porque es una de las provincias más pobres del país, la aíslan?...

Tal vez haya tiempo para que recapacitemos gobernantes y gobernados.

¡Paisanos, autoridades e instituciones allá y acá en Lima! toquemos las puertas de estos congresistas,  siquiera para preguntarles las razones por las que han excluido a nuestra Provincia, justo ahora, ad portas de su 50 aniversario.

Tal vez todavía haya tiempo para incluir a la Carretera Longitudinal Conchucana, la que está ya tendida de Llamellín- Chaccho- Mirgas, casi hasta Paras, conectando con una salida a la otra que une San Luis- Pomallucay- Yauya. Salvo un mejor parecer técnico.

Walter  A. Vidal Tarazona



[i]Halló [Mayta Cápac] el valle de Arequipa sin habitaciones, y considerando la fertilidad del sitio, la templanza del aire, acordó pasar muchos indios de los que había conquistado, para poblar aquel valle”.(Libro Tercero, cap IX)

jueves, 31 de mayo de 2012

EL DÍA QUE DIOS LLORÓ

Del blog de Nalo Alcarado



31 DE MAYO

.                                            Por Walter A.  Vidal Tarazona      
.
¿Qué es aquel lejano
ronco
sordo
hondo
bramido
que se atora,
helando las tiernas sonrisas
de jalca huaracina?
.
¿Acaso algún monstruo
quiere romper el suelo?

¿Quiere la tierra
sacudirse de tanta
humana miseria?
.
Debajo de sus pelados
piececitos de chancaca,
ahí, dentro del suelo, cerca,
sentían resoplar a la bestia,
que sin embargo no aparecía.
.
Se zarandean
rocas
chozas
ovejas
¡Todo, Taita Dios, todo!
.
Sus ojitos clavados al camino,
por donde madrugaron
papá y mamá,
sólo vieron levantarse
negras capas de tierra.
.
¡Mama Pacha!
¡no te quiebres!
Pero la tierra,
siguió temblando.
.
Era un 31 de mayo.

Aquel 31 de mayo,
cuando todo se acababa
sin terminar nunca.
.
Al fin, de sus gargantitas
se desató un desesperado y viejo
¡Mamiiiita! Maaaá...
estrellándose
en el negro firmamento
ahogándose en las rocas,
donde no estaban ya
ni los cóndores más machos
ni los ahuilus más sabios.
.
Sólo, entonces,  solo
con su sombrerito bajo el brazo
cayó de rodillas,
sin saber si su puna
había parido una fiera,
o los Andes reñían con el cielo;
sin saber si moría su sueño
o si soñaba su muerte.
.
Sólo, entonces,  sola,
aquella noche más negra
y más callada que nunca,
recibió un puñado de cansancio
que se derramó
con olor a muerte.
Se cerraron los ojitos,
Se hincharon también;
y en un nuevo despertar,
por las calles de Huaraz,
sus caritas de papa rosada
sus piececitos de chancaca,
sus limpias sonrisas
se iluminaron;
se iluminaron al encontrar
a papá y a mamá
envueltos en una bandera
de sangre y nieve.
.
Inflaron sus pechitos,
levantaron sus puños,
esos cuatro puños de Atusparia.
Gritaron ¡Basta!
¡No tiembles Huascarán!
.
.
A YUNGAY
.
Por Walter A. Vidal Tarazona      
.
Estás llorando Huascarán
hasta rasgar tu misma entraña.
.
Pero no tiembles otra vez,
Apu Huascarán,
por ahogar el grito de tu garganta
con gruesas lágrimas de cuchillo.
.
Has sepultado una y otra vez,
a tus propios hijos.
.
¿Por qué?
¿No basta tu blanca sonrisa
para arrancarle amor al cielo?
¿No es suficiente tu belleza
en las madrugadas de sol
para encantar a los hombres?
.
¿Prefieres sepultarlos a tus hijos
en tu propia entraña,
porque no quieres verlos
sufrir de hambre y sed de justicia?
.
¿Por qué lloras, Huascarán,
hasta rasgar tu misma entraña?
.
Ahí está la antigua Ranrajirca
una herida negra
hecho dolor en tu garganta.
.
No tiembles más, Huascarán,
un día llegará el pan
para tus hijos.
Y no envenenarán más su tierra
¡Pero no llores,
por ningún motivo,
hasta rasgar tu misma entraña!