miércoles, 30 de octubre de 2019

Feliz Cumpleaños "Antonio Raimondi"


Por WAVITA

Un 26 de Octubre, pero de 1890, murió el peruanista Antonio Raimondi en San Pedro de Lloc. Un extranjero que vino al Perú y dejó sus obras de investigación y sus huesos aquí en su segunda patria a la que amó mucho.
Un 26 de octubre, de 1964, nació la Provincia de Antonio Raimondi. El Perú, al dar el nombre del sabio italiano a una de sus provincias de reciente creación, quiso agradecerle por  lo muchísimo que hizo por el país. Raimondi se merece mucho más que la perennización de su nombre en una provincia. Raimondi es uno de los pocos extranjeros que no vino a hacerse rico. No se llevó ni un alfiler como lo hizo la mayoría de extranjeros que vinieron a explotar los recursos de nuestro país: invitado por los chilenos a dejar el país e irse a Chile llevando sus estudios y sus muestras, durante la guerra del Pacífico; él dijo: “Son del Perú, que corran la suerte del Perú”.
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Llamellín, capital de la entonces flamante Provincia de Antonio Raimondi, es un pueblo muy antiguo. Atestiguan los restos arqueológicos de Yarcán, Tacshamarca, Pará, Manrish ya desaparecido y muchos lugares arqueológicos más...
... Y hablando de restos arqueológicos, cabe recordar a Raimondi, cuando encontrando saqueadas el santuario de Chavín, Exclamó: “Da lástima  ver  que las autoridades del lugar no hayan podido impedir la destrucción de tan importante monumento... ¡Esto da cólera!”.
¿Por qué sito esto?
Porque a nuestras autoridades siguen sin importarles un comino nuestra cultura...
En su camino de Ruris a Llamellín  Raimondi anota : “El pueblo de Llamellín es grande y la mayor parte de las casas tienen paredes blanqueadas, [... ] “la escuelita está en deplorable situación”, y la mayor parte de sus habitantes dedicados a la agricultura, principalmente al cultivo del trigo, cereal que “exportan a Cerro de Pasco”. Aquella época en Llamellín no faltaba la “deliciosa raspadilla” a pesar de que no se veía cumbres nevadas cercanas, pues eran hechas de las nieves subterráneas  del cerro de Rajush.
Los habitantes se dedican a la agricultura y principalmente al sembrío del trigo, producto que exportan hasta Cerro de Pasco. El pueblo de Llamellín tiene bastante terreno cultivado, pero éste no puede producir todo lo que debería dar, debido a la falta de agua, la que en el mes de agosto casi no es suficiente ni para usos principales de la vida diaria. En Llamellín crece buena alfalfa, pero escasa porque son pocos los que la cultivan.”
Se sintió preocupado por la imposibilidad de usar las aguas del río Marañón debido a la altura de Llamellín desde el lecho del río que apenas está a “3 leguas de distancia”.
Raimondi, que experto mineralogista, nos hace reflexionar  que nuestra principal fortaleza está en la agricultura; cerca del 40% de la población depende exclusivamente de la agricultura.  Ayer el maíz, la papa, después el trigo cuando vino de Europa, hoy nuevamente el maíz en su forma de choclo. ¿Qué hacer con la falta de agua?. Sembrar en micro represas en época de lluvias, traer las aguas del Marañón o Puchca, si en época de Raimondi era imposible, ahora ya tenemos la tecnología: Hagamos que sirva para algo este conocimiento, hijastra de la ciencia.
Una segunda fortaleza puede ser su Potencial Turístico, por su gran variedad de expresiones culturales, como el folklore, tradiciones festivas, trabajos colectivos basados en el principio de reciprocidad como la minka y el trueque, la gastronomía,  la riqueza arqueológica y paleontológica, su belleza paisajística  principalmente entre los meses de octubre y abril por el período de lluvias.
Otro elemento de atracción turística puede ser su Taller Artesanal que tiene gracias al padre Jorge Nonni, quien amó a  nuestra Provincia como Raimondi amó al Perú; actividad que puede resultar mejor en la lucha contra la pobreza que los Programas del Gobierno Central que parece ser contraproducentes  (tesis de Nélida Silva-PUCP) porque enseña a la gente a depender de productos que no produce su suelo.
        Las debilidades están en la siempre limitada capacidad de gestión del desarrollo local y de organización institucional, escasa participación ciudadana para transparentar por ejemplo la gestión del gobierno local; deficiente infraestructura vial y productiva como  riego; y finalmente  la falta de cohesión entre los distritos.