sábado, 19 de enero de 2019

Por mi Huaraz querido

Walter A. Vidal

 Gracias al vocero virtual de nuestro amigo y libertano Olimpio Cotillo Caballero acabo de enterarme  que las autoridades recientemente elegidas, han emprendido la “Faena Comunal de Limpieza del Río Quillcay”, de Huaraz. ¡Bravo! ¡Esto sí que es una noticia muy buena! Felicitaciones.

A propósito del singular hecho, permitirme recordar que el 16 de Agosto del 2010, los ex alumnos del Colegio de La Libertad, Promoción “16 de Agosto” 1956, residentes en Lima y otros lugares, en coordinación con nuestros compañeros libertanos residentes en Huaraz, viajamos  a esta ciudad para festejar el aniversario de nuestra huelga (de alumnos) que estalló el 16 de agosto del año señalado, fecha importante para nosotros porque la tomamos como nombre de nuestra promoción. 

Llegamos a Huaraz. Después de reencontrarnos con nuestros compañeros y saludar juntos a nuestra alma máter, nos concentramos en la plaza de armas para marchar al puente del Quillcay, donde cada uno de nosotros recogimos los deshechos que el río los mantenía  en sus orillas; luego, como para cerrar con broche de oro nuestra actividad ecologista,  el compañero, Corl  E.P (r ) Federico Zímic Ames, se bañó en sus aguas “limpias” (Ver imágenes en p. 26 de “Alma Libertana” No. 6). 

Es digna de nuestro recuerdo la participación de las alumnas de primaria de nuestro Colegio en este acto  dirigido a sensibilizar a la población; tal actitud de las niñas y sus profesoras, que realzó nuestra actividad  y nos hizo honor a nuestro gesto de desagravio al siempre recordado río Quillcay, merece nuestra gratitud. Lamento no decir lo mismo de la sección Secundaria del Colegio, menos de su Director de aquel entonces.

Siempre en referencia a la limpieza de la bella ciudad de Huaraz, quiero referirles otro hecho reciente, ocurrido cuando me encontraba dentro de una de esas combis que bajan de Shancayán. Tomé en la puerta de la Facultad de Derecho de la UNASAM. Cuando el carro bajaba por la ancha avenida que pasa por la puerta de la Emergencia del Hospital de Belén, entró al pequeño vehículo una pasajera, comiendo el rico y emblemático chocho con ceviche en un envase de plástico desechable. Antes de la curva para tomar la avenida Luzuriaga, la cobradora abrió la puerta del carro para bajar un pasajero, hecho que aprovechó la pasajera del chocho para tirar su platillo y tenedor a la pista. Pedí con vehemencia que pare  el carro y el conductor frenó. Baje mi pie derecho y alcancé a recoger el plato y tenedor que la susodicha había botado. Nuevamente tomé mi asiento, cuando me di con la sorpresa que todos me estaban mirando asombrados como si esperaban  verme lamiendo el plato. “Hay alguien que tiene una bolsa, por favor”, les dije en voz alta. Silencio absoluto,  con las miradas desorbitadas a mi persona; hasta el conductor bajo la velocidad. Esperé alguna respuesta, y nada. Me dirigí al conductor: “Señor chofer, usted debe tener bolsas de plástico para que no le ensucien su carro y no estén botando desechables, envenenando el ambiente y ensuciando las calles de esta hermosa ciudad”. El chofer, como respuesta, aceleró su carro. Le pedí a la cobradora que me deje en una esquina donde haya un tacho o recolector de basura. El conductor paró en el parque de Belén. Cuando bajé de la combi sentí que seguían mirándome como a un bicho de otro planeta.

            Quiero terminar con otra anécdota esta vez corta, también experiencia de mi último viaje a mi Huaraz querido, está referida  a la contaminación acústica. Más específicamente al claxon innecesario principalmente de los taxis por la avenida Luzuriaga. Pero ¿Qué creerán esos taxistas? Que somos ciegos y ¿quieren hacernos sordos también?

Ojalá aquella primera faena emprendida por las autoridades y comuna huaracina  sea el primer paso para conservar limpio y ambientalmente saludable el emblemático río que alimenta al  Santa, otrora caudaloso y cristalino río. Necesitamos más faenas así, pero también para las calles. Con trabajos  y campañas educativas. Esto es lo que no gusta hacer a muchas autoridades locales: trabajos invisibles. Porque políticamente no son rentables para ellos.



Nuevamente, mi saludo a los nuevos alcaldes y comuna huaracina.