miércoles, 23 de octubre de 2013

ANTONIO RAIMONDI EN LLAMELLIN

Tomás Gmo. Santillana Cantella

N.R. de WAVITA

Pronto, el 26 de octubre del 2014, estaremos festejando, los ancashinos, en particular los raimondinos, el quincuagésimo aniversario de la creación de una provincia más con el inigualable nombre del sabio italiano, que de peruano tuvo más que muchos políticos del Parlamento que hoy se pasan el tiempo, con un jugoso sueldo pagado por el pueblo, hablando tonterías sin tener en cuenta (tal vez jamás lo leyeron) lo que Raimondi exhortó, principalmente a la juventud peruana: “Dad tregua a la política...” (la política entendida como politiquería, por su puesto).- Un 26 de Octubre -de 1890- moría en Santiago de Lloc y otro 26 de Octubre –de 1964- nacía una provincia ancashina para perennizar el valioso nombre:  de Antonio Raimondi. Como una forma de rendir nuestro modesto homenaje a la colorada tierra raimondina y también al peruanísimo sabio milanés, vamos a iniciar con la difusión de trabajos referidos al tema, tomando como fuente bibliográfica básicamente dos publicaciones periodísticas, las más importantes que  nuestra provincia ha tendido hasta ahora: “El Ande” (1927- 1963) y “Yarcán” (1987-  1994). Hemos escogido para esta ocasión inicial el artículo “Antonio Raimondi en Llamellín” del ilustre historiador don Tomás Guillermo Santillana Cantella. Innegablemente, Don Gmo., es uno de los historiadores que más conoce la vida del Sabio; baste citar solo uno de sus varias obras sobre el ilustre naturalista: Los Viajes de Raimondi (1989).  En busca de la agilidad que hoy se requiere para presentar un escrito en un espacio virtual, nos hemos atrevido a cortar algo del original publicado en Yarcán Nº 5 (1991: 5-9), sin cambiar para nada el sentido ni afectar la integridad del mismo.- El otro año, para Octubre ya tendremos listo lo que estamos llamando el libro de oro de la provincia de Antonio Raimondi.




Fotografía de Antonio Raimondi Dell Acqua
Cortesía de don Luis Felipe Villacorta, Director del Museo
"Antonio Raimondi".


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Atendiendo a la gentil invitación del Director de la Revista Yarcán, me es grato ocuparme de un interesante capítulo de la historia de la geografía ancashina, cual es el referido al contacto físico que el sabio milanés tuvo con la demarcación política que ahora lleva su nombre. 

[...]Para los efectos de la presente exposición nos ceñiremos al continente y contenido de la libreta #24, antes mencionada, ensayando una versión personal de la misma en aras de su mejor comprensión.El 23 de noviembre de 1860, desenvolviéndose el segundo gobierno del Mcal. Ramón Castilla, Raimondi sale de la actual capital distrital de LLama, (Prov. Mca!. Luzurriaga), con dirección a la Hda. de Ruris, el primer lugar poblado en el extremo septentrional de la actual provincia de Antonio Raimondi. La distancia por cubrir es de 8 leguas, esto es, 44 Km. Al efecto, bajó hasta el río Yanamayo (o de Pomabamba) cruzándolo "por un débil puente de 18 varas de largo", según su propia descripción, "construido con tres palos de aliso que estaban cubiertos por otros transversales".
Pasando el puente inició en la otra ribera una esforzada ascensión sobre una elevada ladera. El camino de herradura utilizada era estrecho, peligroso y en extremo cascajoso. Sin embargo, aquella subida da pie a dos connotaciones interesantes.

La primera, referida a la andenería escalonada que él advierte, en las faldas de los cerros, a ambos lados de la quebrada, mudos testimonios de la encomiable ingeniería agro hidrológica del pasado. Y la segunda referida a la toponimia. El río Yanamayo, nos dice, "bien merece este nombre por que sus aguas son negruzcas".
A dos leguas de LLama el camino se desplaza ganando la quebrada de Yuncay, pasa por la estancia de ese nombre, y vuelve a ascender por una cuesta de más de una legua hasta el portachuelo de una cumbre desde donde divisa, a lo lejos, el río Marañon. Vencidas dos leguas y media más de tránsito suni, el sabio ingresó a la quebrada de Huanchuy, bajó a la estancia de San Nicolás, cruzó el río de Huanchuy y subió por una tortuosa pendiente de más de una legua antes de llegar a su destino en aquella jornada: la Hda. de Ruris.

De Ruris a LLamellín caminó el 24 de noviembre otras ocho leguas, o sea 44 Km. de senderos quebrados, de subidas y bajadas, hasta alcanzar la Hda. de Paras, sobre la quebrada de Mirgas que lo condujo a la estancia de ese nombre: "que es bastante grande y tiene plaza, iglesia, cárcel y una especie de calle". Tal la descripción de lo que entonces era la capital distrital actual, ubicada sobre los 3,175 m., población quechua de 4,720 Hts. y de 175 Km2 de jurisdicción.

[...] en el origen de la quebrada de Mirgas, "hay un cerro bastante elevado llamado de Rajush, donde se encuentran unas minas de plata; y lo que es más extraordinario, un nevado subterráneo, observándose boquerones profundos cortados por la nieve, sin duda producida por el agua de infiltración que penetra en los depósitos subterráneos, donde se congela por la baja temperatura del lugar y no se derrite por no estar afuera de la acción solar".

De Mirgas prosiguió subiendo hasta alcanzar los páramos sunis desde donde se gana la quebrada que conduce a Llamellín. Según el sabio "este pueblo se halla sobre una falda bastante elevada". En efecto, se trata de la ciudad capital de la provincia ubicada sobre los 3,384 m., población quechua de 4,121 habitantes y de 90 Km2 de jurisdicción.

A tales alturas Raimoindi formula un curioso planteamiento hidrográfico. Desde su punto de vista al pie de Llamellín confluye el río de San Marcos, "que en este lugar se llama Puccha", con el que sale de Lauricocha y se conoce aquí por el río de Arancay , "porque pasa por el valle del mismo nombre". Es a partir de dicha confluencia que el río toma el nombre de Marañón, "aunque algunos ya lo llaman así desde que sale de la Laguna de Lauricocha".

Volviendo la mirada a la localidad nos dice que el pueblo de Llamellín, por entonces bajo la jurisdicción del antiguo Huari del Rey, "es bastante grande"; que sus casas no están blanqueadas, "exceptuando unas pocas"; que sus techos son en su mayor parte paja; que su iglesia viene construyéndose muy lentamente desde hace diez años; que la escuela, situada en la plaza, "se halla en estado deplorable" a cargo de un preceptor "muy mal pagado", al punto que "el miserable sueldo que percibe no basta para su subsistencia". Por lo demás, se trata de una población bastante fría, cuyos habitantes han dedicado sus mejores tierras al cultivo del trigo que tiene gran demanda en Cerro de Pasco. Empero, su problema crucial es el agua ya que en agosto "casi no es suficiente ni para usos indispensables de la vida diaria".

El 25 de noviembre bajó desde Llamellín, por espacio de tres leguas, hasta el puente de Chocchián tendido sobre el río Marañón. Describiéndolo nos dice que es de madera y que se apoya sobre "capas salientes de carbonato de cal que se hallan en la dos orillas". Acto seguido aunque no menciona a ese famoso fraile Agustino, Antonio de la Calancha, (en El Perú sí lo menciona), trae a cuento una nota curiosa, sobre "una piedra venenosa llamada de Chocchán" cuya existencia divulgó el citado padre Calancha. El sabio se siente obligado a testimoniar lo que sigue: "todas las maravillas que se cuentan de ella no son sino fantasías pues no he podido probar la existencia de la piedra, ya que ninguno de los vecinos del lugar la conoce".

[...]
 El 26 de noviembre Raimondi se aplicó al estudio de la producción minera en las inmediaciones de LLamellín.

El 27 de noviembre se despide de la comarca, que desde el 26 de octubre de 1964 es raimondina, dirigiendosé a Uco, esto es, a la otra banda del río Puchca.  Aunque no lo dice, necesariamente tuvo que pasar por Chingas, actual capital distrital ubicada sobre 2,854 m., población quechua de 2,908 habitantes y de 49 Km2. de jurisdicción. No en vano habla de un camino "bastante bueno y ancho" que baja en caracol desde la quebrada de Matarajra, donde está asentada la Hda. de Jagahuarca, perteneciente a un tal Ramos. Todavía desde allí, a mano derecha, debió divisar la comarca de Aczo, actual capital distrital ubicada sobre 2,661 m., población quechua de 2,190 habitantes y de 69 Km2 de  jurisdicción. E inclusive, más al S., entre quishuares, saucos, molles, magueis, poncianas y bombax, debió advertir lo que ahora es San Juan de Rontay, capital distrital ubicada sobre 3,520 m. población suni de 1,868 habitantes y de 103 Km2 de jurisdicción.

[...]
Como conclusión de lo expuesto permítanme recomendarles la observancia de las siguientes efemérides provinciales: En primer término el 26 de octubre, día en que se conmemora el fallecimiento del sabio Antonio Raimondi; el segundo término del 23 al 27 de noviembre, días en que se conmemora la presencia de Raimondi en la provincia; y en tercer término el 30 de noviembre, día del santoral católico dedicado a San Andrés Apóstol, patrono de la capital provincial, como muestra de adhesión de la provincia a los actos conmemorativos del quinto centenario de la evangelización.



Por estos caminos polvorientos habría bajado Raimondi hasta Llamellín.
El paisaje es otro con sus plantas, sus piedras, sus ichus. 

viernes, 11 de octubre de 2013

TOMAS LA DELANTERA, MAESTRO CIRO

 Escribe WAVITA


Hay noticias que llegan como un ulular de silencios. Suave: Después de cumplido su cometido, te dan una puñalada. Así fue ésta: ¡Wal, el maestro Ciro García ha muerto!
Y la mirada se apaga en el teléfono ya colgado.
 º  º  º
Velatorio de la Medalla Milagrosa, Av. Pezet, San Isidro.  No me sorprende la cantidad de familiares, amigos, paisanos en murmullo doliente. Pero no los veo porque la mirada está dirigida,  en todo momento, desde que colgué el teléfono, al cuerpo, alma y espíritu de nuestro maestro del quinto año de primaria, allá en el centro escolar de varones 343, de la tierra colorada.
º  º  º
Trascurría los primeros años de 1950. Iniciamos el último tramo de la educación primaria con el maestro Juan Córdova, de Huari. En esas circunstancias llegó el joven profesor Juan Ciro García Salas; el director le asigna dos grupos de trabajo: el inicial y el final (5º año, por entonces); y un amplio salón de clase para el flamante maestro. Ciro alternaba sus clases con bastante facilidad con ambos grupos. Nos llamó la atención, por lo novedoso, que a los pequeñito de Transición les enseñaba a leer, a escribir, a contar, cantando:
 ...un bastonciiito, dos bastoncitos y tres bastoncitos... mmm... Esto se llama eeeeme (M)...
Su pedagogía renovada, aplicada también a nosotros, surtió un primer efecto: la motivación. Así, con fines didácticos empezamos a visitar Tacshamarka, Yarcán, Manrish... Pura Escuela Activa.
º  º  º
 Ingreso al recinto. Todos estaban de pie rezando el santo rosario. Sumo mi plegaria a la del grupo, aunque un poco impaciente. Al fin termina y me acerco al féretro. No sé a qué... ¿a entablar un diálogo? ¿Decirle hasta luego...? ¿Preguntarle si recuerda que obtuvimos un no sé si primer o segundo lugar en el concurso de canto y baile promovido por el maestro Trejo?. 
La realidad se encarga de ponernos en su campo. Ciro García yacía frío, sin vida. La realidad te enseña también a guardar el comportamiento humano, para no salir disparado con un llanto ensordecedor. Con el alma lacerado, busqué otros ojos, tal vez  llorosos,  pero abiertos...
En su “Resurrección y manifestación de Jesús”, Lucas nos revela: “[...] al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con sus aromas que habían preparado [...] pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.”  Dos ángeles se encargan de llevarlos a la realidad, diciéndoles: “¿Por qué buscan entre los muertos  al que está vivo?
... Ciertamente el pasaje bíblico me iluminó la mente. Ciro está afuera, en la memoria de todos los que están allí presentes  y ausentes también. Ciro no ha muerto.
Ciro, maestro, sé que estás como siempre alegre, allá donde están ya muchos maestros como nuestro llorado Walbonso Rodríguez... Allá nos encontraremos.


Rutas del recuerdo: Llamellín