Escribe WAVITA
Hay noticias que llegan como un ulular de silencios. Suave: Después
de cumplido su cometido, te dan una puñalada. Así fue ésta: ¡Wal, el maestro
Ciro García ha muerto!
Y la mirada se apaga en el teléfono ya colgado.
Velatorio de la Medalla Milagrosa, Av. Pezet, San Isidro. No me sorprende la
cantidad de familiares, amigos, paisanos en murmullo doliente. Pero no los veo
porque la mirada está dirigida, en
todo momento, desde que colgué el teléfono, al cuerpo, alma y espíritu de nuestro maestro del quinto año de
primaria, allá en el centro escolar de varones 343, de la tierra colorada.
º º º
Trascurría los primeros años de 1950. Iniciamos el último
tramo de la educación primaria con el maestro Juan Córdova, de Huari. En esas
circunstancias llegó el joven profesor Juan Ciro García Salas; el director le
asigna dos grupos de trabajo: el inicial y el final (5º año, por entonces); y un amplio salón de
clase para el flamante maestro. Ciro alternaba sus clases con bastante
facilidad con ambos grupos. Nos llamó la atención, por lo novedoso, que a los pequeñito de Transición les enseñaba a leer, a escribir, a contar, cantando:
...un bastonciiito, dos
bastoncitos y tres bastoncitos... mmm... Esto se llama eeeeme (M)...
Su pedagogía renovada, aplicada también a nosotros, surtió
un primer efecto: la motivación. Así, con fines didácticos empezamos a visitar
Tacshamarka, Yarcán, Manrish... Pura Escuela Activa.
º º º
La
realidad se encarga de ponernos en su campo. Ciro García yacía frío, sin vida. La
realidad te enseña también a guardar el comportamiento humano, para no salir
disparado con un llanto ensordecedor. Con el alma lacerado, busqué otros ojos, tal vez llorosos, pero abiertos...
En su “Resurrección y manifestación de Jesús”, Lucas nos
revela: “[...] al amanecer, las mujeres
fueron al sepulcro con sus aromas que habían preparado [...] pero no
encontraron el cuerpo del Señor Jesús.” Dos ángeles se encargan de llevarlos a la realidad, diciéndoles: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
... Ciertamente el pasaje bíblico me iluminó la mente. Ciro
está afuera, en la memoria de todos los que están allí presentes y ausentes también. Ciro no ha muerto.
Ciro, maestro, sé que estás como siempre alegre, allá donde están ya muchos
maestros como nuestro llorado Walbonso Rodríguez... Allá nos encontraremos.
Rutas del recuerdo: Llamellín |
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