viernes, 8 de noviembre de 2019

La Marcha de Sacrificio a Lima de 1960

Walter Arsenio Vidal



             Empezaban los 60. El país pasaba de una economía agro-exportadora a una economía minero-exportadora más diversificada, al tiempo que salía fácilmente de la crisis económica del 58, gracias al alza de los precios del algodón y del azúcar y no a la intervención del FMI. Sin embargo el país entraba a una crisis política creada por el mismo gobierno
             El 8 de abril de 1960 se promulgó la ley universitaria  13417 que por un lado expandía el sistema universitario con la creación indiscriminada de universidades de escasa calidad académica, pero, contrariamente, por otro lado, le quitaba la categoría universitaria a la Escuela Normal Superior (ENS) “Enrique Guzmán y Valle”.
Naturalmente nuestra Escuela -profesores, alumnos, padres de familia y población de Chosica- rechazó tremenda prepotencia y abuso de la política legislativa.
El jueves 21 de abril el diario “La Prensa” informaba: Encargan Dirección de ENS. “El Comercio” daba cuenta que la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) había decretado una huelga indefinida en apoyo a la ENS. El Presidente de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) anunció un paro de 24 horas en apoyo a La Cantuta. Los profesores de educación primaria, secundaria y técnica pedían la renuncia del ministro de educación y del director de educación normal. La fuerza policial que rodeaba nuestra Escuela intensificaba el cerco para impedir el ingreso de víveres.
          Aunque ocurrieron hechos dramáticos muy lamentables durante los días del cerco policial, nuestro comportamiento fue extraordinario, lo tomamos con bastante calma e inteligencia, no faltaban hechos anecdóticos que nos sacaban de nuestra seria preocupación, como el discurso de nuestro compañero Futuri Cuturi en la Asamblea que discutía la marcha de sacrificio, Futuri dijo: “¡Compañeros, no estamos solos en nuestra lucha; estamos rodeados...!”.
Pero el cerco aislaba el conflicto, y en esas circunstancias era difícil expandir la lucha, por lo que la Asamblea súbitamente acordó la Marcha de sacrificio a Lima. Esa misma noche, del jueves 21 de abril, emprendimos la caminata hacia Lima. La población de Chosica se enteró rápido y nos dio una despedida muy cálida, muchos nos acompañaron hasta cierta parte y algunas madres de familia marcharon hasta Lima. A las 2   y minutos de la madrugada acampamos a la altura de Ñaña. El campamento habían organizado los dirigentes de la FEP, FUSM, de la Universidad Católica, Asociación de Centros de Ingeniería y de Agronomía.
A las 5.15 a.m. seguimos avanzando hasta Santa Clara, donde desayunamos y descansamos media hora. A las 9.15 a.m. estábamos en Vitarte y a las 11 nos detuvimos a la altura de Santa Anita. Diversas instituciones distribuían bebidas, frutas y otros alimentos desde sus camionetas y automóviles. A las 12 del día llegamos a Hierbateros; el Coronel Muente y el Prefecto de Lima, permitieron el paso de los profesores, alumnos y madres de familia. Silenciosamente ingresamos a Lima, por ambos lados de la pista de la Avenida Grau, hasta Abancay, donde nos dio encuentro el grueso de los estudiantes de San Marcos, Ingeniería, Agronomía, La Católica y Bellas Artes.
El grupo de manifestantes creció en algo así como cuatro o cinco mil estudiantes,  que rebasó el Patio de Derecho de San Marcos. Al pasar Frente al Ministerio de Educación, todos los manifestantes gritaban “Cueva de ladrones”, “Sepulcro blanqueado”. Al fin, después de 16 horas de marcha ingresamos, al Gimnasio de San Marcos, siempre en medio de aplausos. En una actuación improvisada el Presidente de la FEP Oscar Espinosa dijo: ...“habéis escrito una página brillante de la historia de las luchas estudiantiles […] hecho que no se había registrado jamás en el Perú”. El Presidente de la FUSM, Campos Lama, dijo “América en estos días ha contemplado dos cuadros diferentes con relación al movimiento de los estudiantes: en el pueblo hermano de Venezuela el estudiantado ha salido a defender al Gobierno que ellos creen representa genuinamente la voluntad de las mayorías populares; y en el Perú estamos viendo cómo el Gobierno arroja a los alumnos de su propia casa”. Finalmente el Presidente de la Federación de Estudiantes de la ENS (FEENS), Rafael Urrunaga, dijo: “hemos tenido que abandonar la Escuela porque ha dejado de existir…”.
Después de la ceremonia se sirvió un almuerzo preparado por las alumnas de San Marcos y La Católica, que consistió en una ensalada, huevo duro, fruta y refresco. En la noche, la mitad de los alumnos pernoctaron en  el piso de madera del Gimnasio, algunos durmieron en el local de la Ciudad Universitaria, otros recibieron ayuda de sus comprovincianos en Lima y durmieron en un hotel o en su casa.
Para no extenderme demasiado, ahora permítaseme, plantear solo algunas líneas de reflexión a manera de conclusiones:

1.          Este hecho que estamos conmemorando ES PARTE DE AQUEL PROCESO PEDAGÓGICO QUE VENIMOS LLAMANDO “EXPERIENCIA CANTUTA” desarrollada en un sistema integral de formación.
2.          De esta primera conclusión podemos deducir varias premisas, por ejemplo una: para hacer un cambio en el Perú hay necesidad de luchar y eso implica violencia. Dos: para enseñar-aprender, el maestro, en algún momento,  tiene que salir de su aula.
       El hecho que conmemoramos se circunscribe en un marco de VALORES HUMANOS, como LA DIGNIFICACIÓN DE LA CARRERA DOCENTE.
       Finalmente, es preciso inscribirlo en un proceso más amplio que la mera evocación casi nostálgica de las promociones 1960, 61, 62.    Creo que no se ha investigado este hecho histórico-educativo ocurrido en el Perú con suficiente profundidad para hacer planteamientos de mejora de la educación peruana.
                  Muchas gracias por  su paciencia.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.- Walter A. Vidal. Mi pueblo querido (p. 274- 278): La Cantuta: Mi oasis espiritual.


2 comentarios:

  1. Como siempre interesante tu publicación, estimado Walter. Admirable la onquietud de la juventud del ayer y el espíritu solidario de los estudiantes.

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  2. Es lamentable que los gobiernos de turno no le den importancia, menos un reconocimiento, al rol del docente. En aquella ocasión la lucha fue, en realidad, por la dignidad del maestro (primario, secundario, superior), por lo que, comprendiendo eso, se sumaron todos los maestros de los niveles primario, secundario y muchos estudiantes universitarios del país. Ahora el magisterio necesita capacitación y buena remuneración. Sí, la juventud de antes parecía más compenetrado con la problemática del país.

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