Por Walter A. Vidal Tarazona
Lo que más quiero en lo que me
queda aquí
es ir a ti, tender en tus manos mi
soledad, madre;
exprimir mi silencio y mis
cuitas al borde de tu regazo,
recorrer los recodos de tu amoroso sacrificio desvivido por mí.
Regar con lágrimas tu
silencio, disolver tu tristeza de nieve a besos.
Era yo quien se despedía en el
patio empedrado en nuestra soledad,
era yo quien
regresaba a hundirme en tus brazos que me esperaban.
Pero tú te fuiste, para
siempre, sin retorno, yo aun no comprendo…
Por qué no estás aquí donde mi vida se niega a seguir viviendo.
Donde los hombres su humanidad
de a pocas van perdiendo,
donde más haces falta, donde más te necesito conmigo,
acá en el lugar donde se mira al más allá, sin retornar,
madre.
madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar, en "Seleccionar perfil", seleccionar "nombre/URL" (en caso de no tener cuenta en google)