LA MUJER ENCANTADA
AUTORA: ANA LUZ OLÓRTEGUI GAMARRAI.E “JULIO C. TELLO” CHINGASCICLO: VII
Cuenta la leyenda que en la laguna Yanacocha hay una piedra inmensa que tapa el agua para que no pueda rebalsar.
Una mujer tenía un huerto que producía muchos vegetales, ella vivía junto a sus tres hijos, dos mujeres y un varoncito y al lado de su esposo. Eran muy ricos con el biohuerto en ese pueblo.
Una tarde, su esposo y ella coordinaron para que uno de ellos se quedara cuidando y regando el huerto mientras que uno de ellos se vaya con los animales a la puna. Por su naturaleza de mujer , tenia que ir la mujer con los animales por unos meses.
Ella confiaba en su esposo que trataría bien a sus hijas y que cuidaría su huerto.
Su esposo se quedó con sus dos hijas y todos los días vendía los vegetales que producía que producía el huerto, las regaba con el agua que bajaba de la laguna de Yanacocha y así producía muy bien.
Su vecina del lado iba siempre a comprar verduras donde el señor y pasaban un largo rato hablando y hablando, luego se iba; en muchas ocasiones él ya no le vendía sino que le regalaba. Ella satisfecha se llevaba el producto. Un tiempo después se volvieron amantes y empezaron a convivir, sus dos hijas pasaban llorando porque su madre no volvía y pensaban que algo malo le habría sucedido y así pasaron los días.
Un mes después la mujer volvió de la puna con su hijito y sus animales, pero se dio con la sorpresa que su esposo estaba conviviendo en su casa con otra mujer que era su vecina. Ella, se fue sin pedir explicaciones. Sus hijas trataban de impedirla y la madre les dijo: “Cuídense y estén con su padre”. Cargó a su hijo y se fue sin saber a dónde iba.
Llegaron a la laguna de Yanacocha, había llegado la oscuridad y ella lloraba y lloraba, no sabía qué hacer o hacia dónde dirigirse, cómo pasar la noche. La tristeza la consumía.
Un momento después la mujer vio algo muy brillante dentro del agua, se dirigía hacia ella y cada vez que se acercaba se iba volviendo en una persona y cuando estuvo frente a ella se volvió en un sireno hermoso con unas aletas brillosas y los cabellos radiantes igual que el fuego. Ella se asombró y tenía miedo a la vez. Él le preguntó el por qué lloraba tanto hasta que la despertó de sus sueños y ella le contó todo lo que había pasado y que se dirigía a un pueblo cercano. Él le dijo: Vente conmigo, yo te protegeré y te ayudaré. La mujer aceptó irse con él.
El sireno tomó a su hijo y lo votó al costado del lago por donde bajaba el agua para regar a los vegetales y el niño fue convertido en una inmensa piedra que tapó toda el agua. La mujer y el sireno entraron en el agua y vio todo el oro que había dentro de ella y también fue convertida en sirena y así vivieron por mucho tiempo.
El esposo de la señora estaba en escases de agua, porque el agua ya no bajaba para regar su huerto y poder vender sus verduras. Su amante le había dejado, él pasaba gran parte de su día llorando por su esposa y por haberla engañado.
La mujer sirena le pidió al sireno que visitase a sus hijas porque las extrañaba mucho y él aceptó. Fue así que ella salió con unas ropas de oro para sus hijas. Al llegar frente a su casa las llamó sin que la notara su ex esposo. Les ofreció ropas, también les contó dónde vivía y con quien. Les prometió que volvería la semana siguiente; les dijo que no avisasen a nadie sobre ella ni a su padre.
El padre de las niñas les preguntó sobre las ropas de oro; pensó si estarían robando, pero ellas inventaron una mentira para no recibir castigos.
De esta manera pasaban semanas y el padre de las niñas les decía que extrañaba mucho a su esposa. Ellas dominadas por las palabras de su padre le avisaron sobre su madre y que ella venía siempre a visitarlas y justamente al día siguiente iba a venir.
Al día siguiente el padre de las niñas se escondió para poder verla y así fue que cuando las niñas la estaban esperando apareció. Era más bella que antes, el hombre se quedó asombrado y al no controlarse más salió del escondite para pedirle que volviera con él. Ella decepcionada de sus hijas fue convertida en un sapo y se fue hacia la laguna de Yanacocha y desde ese día nunca más se volvió a saber de ella.
FIN
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