miércoles, 29 de julio de 2015

EL PAPA FRANCISCO Y EL MUNDO ANDINO

Néstor Espinoza.

No hay duda, que el Papa Francisco ‘(“Panchito” para algunos de sus fans) se las trae. Está revolviendo el gallinero curial del Vaticano y dándole un giro renovador a la anquilosada Iglesia católica en poder de los sectores más reaccionarios de ella.
En sus críticas al capitalismo salvaje, al terrorismo aislado y de Estado, a la gente de poder económico que vive de las guerras, en su opción por una iglesia de los pobres y el reconocimiento al padre Gutiérrez, fundador de la Teología de la Liberación, etc., se hace evidente una coherencia de pensamiento y acción eclesial de tendencia claramente progresista.
No sólo para un cristiano, sino para cualquier persona con sensibilidad social, viene dándose en el mundo una grave contradicción entre capitalismo, Iglesia católica y Cristo, cuando de la pobreza se trata.
En el seno del capitalismo, la pobreza se mantiene irresuelta y a cuya solución induce el Banco Mundial con el argumento de que invertir para sacar a los pobres de la pobreza debería verse también como un buen negocio (Sic). La Iglesia católica conservadora obvia la pobreza y rechaza una Teología de la liberación. En tanto que Cristo es parábola con su nacimiento en un pesebre, con su prédica que presenta la oposición entre el rico y el pobre y con su profesión de fe entre los pobres, palpando sus padecimientos, curándolos, dándoles el pan y enseñándoles el bien.
Entonces, ¿qué iglesia es ésa que, invocando la representación de Cristo, se olvida de los pobres?
Nosotros querernos detenernos con esta nota en su reciente Encíclica, indagando si ésta tiene alguna relación con el mundo andino.
San Francisco de Asís abrazó la vida monástica con renuncia total a los bienes materiales del mundo y con la profesión de un amor cósmico. Por eso compuso, en el Siglo XIII, el Cántico dellecreature, en el que él no se considera superior a la naturaleza, como el hombre de la Ilustración y el hombre del actual capitalismo, que enarbolan el culto a la razón y la superioridad frente a la naturaleza para dominarla, sino que afirma la hermandad entre el hombre y la naturaleza y dice: “Alabado seas por toda criatura, mi Señor,/ y en especial por el hermano sol../ y por la hermana luna, de blanca luz menor/ y las estrellas claras, que tu poder creó..,/ y por la hermana agua, preciosa en su candor.../

Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol.../ y por la hermana tierra, que es toda bendición,/ la hermana madre tierra, que da en toda ocasión/ las hierbas, los frutos y flores de color,/ y nos sustenta y rige ¡Loado, mi Señor!
El cardenal Bergoglio, como Papa, toma el nombre del Santo de Asís, opta por una iglesia de los pobres (“sin pobres no hay iglesia”, ha dicho) y asume, con su Encíclica “Laudato si” (Alabado seas), la defensa del hábitat humano, inspirado por su mentor, como respuesta a “la violencia contra la Tierra y los ecosistemas, que deriva del paradigma de dominación, que está en la base de nuestra civilización ya desde hace cuatro siglos”. Leonardo Boff dixit. De allí su crítica radical al sistema capitalista que mantiene este paradigma. Y con toda fidelidad al pensamiento del Santo de Asís, escribe: ”Todo está relacionado, y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre Tierra”.
Pero este amor a la Tierra que nos sustenta y nos da sustento, antes que en San Francisco, ya estaba y está en la cosmogonía de los pueblos indígenas del mundo; entre ellos el pueblo andino quechua y aimara y los pueblos amazónicos del Perú, que lo viven y expresan en su poesía. Y, aparte de la poesía, en el caso particular del mundo andino peruano, como también en Ecuador y Bolivia y acaso inclusive en parte de Argentina y Colombia que integraron el Tawantinsuyo, persiste hoy el rito del pago a la tierra, que más propiamente debe decirse la ofrenda a la Madre Tierra, la Mama Pacha, porque el término “pago» tiene una connotación capitalista,
A guisa de ejemplo, consignamos aquí algunos cantos indígenas, cantos de amor y relación con la Tierra:
“Toda la tierra es una sola alma,/ somos parte de ella./ Somos una sola alma/ como hay un solo mundo”. Araucanos (Chile).”i0h Tierra madre, a tu hijo, el inca, tenlo encima de ti quieto y pacífico”.(Rito inca).”Madre Luna, Madre Luna, ¡eh!/ Madre de todo lo que vive,/ óyenos, Madre Luna”. Pigmeos (África). “Llévame, Padre Cóndor,/ condúceme, hermano halcón. Avísale a mi madrecita”. (Poesía quechua) “Caracolito, caracolito mi sobrino/ yo quiero masato, masato/ quiero quiero a mi hermana yuca” (Canción asháninca). “Abuelo,/ voy a lanzar mi voz,/ ¡escúchame/ Por todo el universo”. Sioux (Estados Unidos) “Compañero, hermano viento/ yo por todas partes pasé/.compañero, hermano viento”. Indios de la pampa (Argentina).
Y si la irracionalidad capitalista persiste y la lucha ecologista no conjura el peligro que corre la Madre Tierra, bien podría ser este canto de los piaroas de Venezuela un canto premonitorio: “Un día,/ la luna se detendrá en el cielo;/ se secarán las flores,/ y en la selva/ sólo crecerán las piedras.//Entonces,/ después de aplastar el bohío! y a toda la gente piaroa/ sólo existirá la Gran Piedra Negra”.
De otro lado, ya en el ámbito de la actual cultura occidental, el filósofo alemán Martín Heidegger dice, en sus reflexiones filosóficas sobre la poesía: ”Ia poesía es el lenguaje primitivo de un pueblo histórico”.
Nos halaga que la poesía esté presente o inmiscuida, por encima de la economía y la política, en este asunto tan vital para el hombre, referido a su hábitat planetario.
Velas y buen viento, Papa Francisco, en este navegar por nuevos tiempos. Ojalá que fuerzas oscuras enquistadas paradójicamente en la nave de luz de Pedro no os hagan naufragar. Amén.



NÉSTOR ESPINOZA, JUAN RODRÍGUEZ, WALTER A. VIDAL, FRANCISCO MAGUIÑA Y HERNÁN PALACIOS.

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