miércoles, 8 de julio de 2020

POEMAS Y PÉTALOS AL MAESTRO

MI PRIMER MAESTRO



Nelly Villanueva Figueroa       
             
Tu cara adusta, tu semblante serio
escondían un tierno corazón.
Estabas listo para el castigo,
pero también para el cariño.

¡Cuántas veces encorvaste tu espalda,
para llevar a nuestra mesa, el pan de cada día!
¡Cuántas veces encalleciste tus manos,
para levantar, adobe, tras adobe, nuestro tibio refugio!

¿Acaso n o hubo amor
cuando subías al capulí
a recoger, para mí, sus dulces frutos?

¿Acaso no fue el amor
el que te hacía arreglar mis zapatos
y soñar, para mí, caminos de esplendor?

¿Acaso no me diste amor,
cuando al calor del fogón,
me arrullabas con mágicas canciones?

¿Qué oficio no conocías?
Te vi hacer de todo:
Tornear la madera, entrelazar la totora;
teñir la bayeta, tejer la frazada;
trillar el trigo, hornear la masa …

¡Qué deliciosa tu huerta!
¡Qué fiesta de color tu jardín!

Tú me enseñaste a leer,
a buscar en la Biblia,
maravillosos “cuentos”
que nutrieron mi niñez.

Contigo aprendí el ritual de la Misa.
Tú, con chaleco y bastón;
Yo, con vestido dominguero,
honrando al buen Dios que todo lo ve.

Naciste un 27 de julio,
junto con la Patria libre.
Por eso, (te digo en secreto):
Yo desfilaba para ti.

Recuerdas el día en que
Jalé tu estaca de uvas,
Para hacer de ella, mi caballo?
¡Cuánto, cuánto me dolió el jalón de oreja!
Pero también a ti te habría dolido
el tirón que di a las raíces de tu planta.

Un día vi en tus ojos, el brillo del orgullo.
¡Tu niña mimada convertida en maestra!
Aleteo alegre de pajaritos en tu pecho.

Bullicios y trajines en mi nueva casa
Relegaron tu presencia;
Mas ahora que ya no estás aquí,
¡Cómo quisiera que vuelvas!
para hacer nuevamente contigo.
la ronda del amor y de la esperanza.

MAESTRO PRIMERO, abuelo querido:
¡Cómo iluminas mi sendero!


LA FE DEL MAESTRO

                                            Walter Vidal Tarazona                     

Solitario cincel de plata clavado en la dulce madera,
más bella que la espada de Javier en el aire;
manos modelando amores en la fina arcilla,
magnolia más bellas en el árbol frondoso;
así estas, en los niños, amasando sus sueños.

Creces, te ilustras, robusteces y recorres recorridos
entras por la puerta ancha al pedestal
a formar y reformar saberes, sentimientos, anhelos
de la juventud que busca rehacer el mundo;
así estás en los chicos que hornean sus sueños.

Te ha traído tu primigenia vocación, tal vez;
pero te hiciste acero, luz, conocimiento, pensamiento.
Ahora eres Maestro de maestros, de pensadores,
ingenieros, médicos, desde filósofos hasta abogados.
Todos flameando sus actitudes de ética y verdad.

Continúa tu existir soñando. No crees, a veces.
Te ves en el espejo y sonríes a tu dolor amoroso,
y aunque eres tu trayecto y has caminado tanto;
sigues enseñando  sin cansancio y sin apuros,
aprendiendo a amar y a entregarte por entero.

Escribes estrellas y arpegios. Estás realizado.
Y si no estás satisfecho, Maestro,
no existe la nada, la vida sigue viviendo
de otra manera. Pero antes de partir, por si acaso,

 has añadido otro conocimiento: la fe.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar, en "Seleccionar perfil", seleccionar "nombre/URL" (en caso de no tener cuenta en google)